“Cuando la policía lo detuvo, encontraron 400.000 pastillas en su vehículo”, explicó a la AFP Kyaw Mya Win, de la policía de la provincia de Maungdaw.
Tras registrar su monasterio, las fuerzas del orden encontraron “4,2 millones de comprimidos escondidos”, añadió.
Según los medios locales, se trata del primer monje detenido por posesión de drogas en esta zona aislada del país.
El año pasado, en 2016 se requisaron 98 millones de pastillas de esta droga sintética en todo el país frente a 50 millones en 2015.
Birmania, país recién salido de décadas de dictadura, es uno de los centros de tránsito de la droga en el sureste asiático.
La región del Triángulo de Oro -en los confines de Laos, Tailandia y Birmania- ha sido durante mucho tiempo el principal centro de producción de opio y heroína hasta que Afganistán se convirtió en el primer país productor.
El decomiso de metanfetaminas en la región Asia-Pacífico se ha cuadruplicado en cinco años, según la ONU, que estima que la producción y el consumo de estas drogas de síntesis se ha disparado en la región.
En Tailandia, una treintena de monjes debieron colgar los hábitos en 2013 por consumir drogas, un año en que se produjeron numerosos escándalos que involucraban a religiosos en el país.