Esto es dos días después de los bombardeos de la coalición en esta ciudad siria que mataron a decenas de personas.
Manbij es uno de los principales escenarios de enfrentamientos en Siria, donde al menos 43 civiles murieron esta jornada en bombardeos lanzados en su mayoría por el régimen contra zonas controladas por los rebeldes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Con la ayuda de intensos ataques aéreos de la coalición internacional liderada por Washington, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) intentan desde el 31 de mayo recuperar el control de Manbij, que servía de eje de abastecimiento para los yihadistas del EI en Siria. Las FDS consiguieron entrar en esta ciudad de la provincia de Alepo pero sin lograr echar a los extremistas, que resisten mediante atentados suicidas y coches bomba.
“Para preservar las vidas de los civiles (...) y salvar la ciudad en sí misma, anunciamos que aceptamos la iniciativa y prevemos la salida de los combatientes del EI atrincherados con sus armas individuales”, indicó el comunicado del Consejo Militar de Manbij, que forma parte de las FDS. “Tienen 48 horas a partir de la publicación de este comunicado (...) Esta iniciativa es la única y la última oportunidad para los combatientes del EI” para salir de la ciudad, según el texto.
Una fuente del Consejo Militar explicó a la AFP que esta iniciativa había sido propuesta por los jefes de las tribus de Manbij hace una semana. “La aceptamos ahora después de que el EI utilizara a los civiles como escudos humanos y a causa de la presión mediática”, tras los mortíferos ataques del martes, precisó esta fuente, que requirió el anonimato.
Al menos 56 civiles, entre ellos 11 niños, murieron el martes en estos ataques de la coalición en la localidad de Al Tujar, cerca de Manbij, según el OSDH. Esta oenegé estimó que al parecer se trató de un “error” puesto que los civiles fueron confundidos con yihadistas. La oposición siria, que había avanzado una cifra de 125 muertos, instó a la coalición a suspender los bombardeos para poder investigar estos ataques.
Estados Unidos reconoció que había efectuado bombardeos cerca de Manbij y aseguró que investigaría las informaciones relacionadas con la muerte de decenas de civiles. Los ataques fueron denunciados por Unicef que lamentó la muerte de “más de 20 niños”.
Por otra parte, militantes sirios hicieron el jueves un llamamiento para manifestarse el domingo en todo el mundo como protesta. En el frente de Manbij, las FDS consiguieron durante la noche apoderarse de un nuevo barrio en el sur de la ciudad, acercándose más al centro. El jueves, los combates continuaban en los barrios del oeste, en paralelo a los bombardeos de la coalición, según el OSDH.
En otros puntos de Siria, unos 13 civiles fallecieron en la Guta Oriental, bastión de los rebeldes cerca de Damasco, y otros 15 en una localidad de la provincia de Idleb (noroeste), controlada por Al Qaeda y sus aliados rebeldes, según el OSDH.
El Frente Al Nosra, rama siria de Al Qaeda, ejecutó además a 14 rehenes acusados de luchar en las fuerzas del presidente Bashar Al Asad, según un video difundido por el movimiento yihadista. En Alepo, segunda ciudad de Siria, según esta ONG con sede en Londres, helicópteros militares del régimen llevaron a cabo ataques aéreos contra barrios rebeldes, dejando 15 muertos, entre ellos seis menores.
La ONU, impotente para detener la violencia, urgió el jueves a una tregua de 48 horas cada semana para llevar ayuda a los 200.000 habitantes bloqueados en esta parte de Alepo, asediada completamente por el ejército regular. “La cuenta atrás ha empezado en el este de Alepo”, declaró en Ginebra Jan Egeland, que dirige el grupo de trabajo de la ONU para la ayuda humanitaria en Siria. “Los convoyes humanitarios, el personal, la ayuda, todo está listo. Lo que necesitamos es una ventana de 48 horas de tregua cada semana” para “evitar una catástrofe”, dijo.
“La gente intenta sobrevivir en las circunstancias más desesperantes”, aseguró la representante del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Siria, Marianne Gasler, que se encuentra en Alepo. “Ningún adulto, y mucho menos un niño, debería vivir eso”, aseguró. La guerra de Siria ha causado desde 2011 más de 280.000 muertes y ha obligado a huir a millones de personas hacia los países vecinos y Europa.