Aunque el comunicado no aclara ni el nombre ni la cantidad, la sustancia hallada en un escondrijo que la célula disponía en la ciudad de Al Yadida, 200 kilómetros al sur de Rabat, está considerada por las organizaciones internacionales de salud como una “ peligrosa arma biológica ” .
La peligrosidad de esta sustancia radica en que “basta una cantidad mínima para alterar el sistema nervioso humano y causar la muerte”, y en que también pueden alterar el medio ambiente si se propaga en el aire o el agua.
Los diez sospechosos detenidos, entre los que hay un francés converso al islam y un menor con supuestas intenciones de convertirse en kamikaze, habían utilizado esta sustancia para fabricar un compuesto que pensaban usar en “sus proyectos terroristas en el país”.
La información filtrada sobre los integrantes de esta célula apunta a que tenían entre sus posibles blancos lugares muy emblemáticos, ya sea desde el punto de vista político (el Parlamento), comercial (el "Morocco Mall", mayor centro comercial del país), turístico (dos hoteles en la ciudad de Esauira) y económico (la sede del mayor grupo fosfatero).