Volodomir Zelenski, de 41 años, gran vencedor de la primera vuelta, encabeza los sondeos con un 70% en intención de voto para la segunda vuelta, que le disputará este domingo al presidente Petro Poroshenko, de 53 años, elegido hace cinco años tras la huida de un presidente prorruso en plena revuelta prooccidental del Maidán.
El debate organizado el viernes por la noche tampoco cambió las tornas, y fue más un intercambio de insultos que la discusión que esperaba mantener el jefe del Estado saliente para poner en evidencia la falta de experiencia de su rival.
“Parece que Petro (Poroshenko) perderá”, constató el viernes por la noche el columnista Mijailo Dubinianski en el portal Ukrainska Pravda.
“Las opciones de victoria del presidente saliente pertenecen al orden de la teoría o de la fantasía. Todo el mundo parece haberlo aceptado”, agregó, considerando que el jefe del Estado no supo “sentir el momento en el que un dirigente se convierte en una personalidad intolerable a ojos del país”.
Los desafíos en Ucrania, una exrepública soviética confrontada a una situación inédita desde su independencia en 1991, son considerables.
A la llegada al poder de Poroshenko le siguió la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia y una guerra que dejó unos 13.000 muertos en cinco años en el este del país.
La crisis agravó las tensiones entre Rusia y los países occidentales, que decretaron sanciones mutuas.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, instó el viernes a los candidatos a “subrayar su apoyo a la soberanía de Ucrania y su integridad territorial” y reiteró el compromiso de Washington en “trabajar con quien elija el pueblo ucraniano, sea quien sea”.
Exceptuando la promesa de mantener una posición prooccidental, el programa de Zelenski es poco claro, a pesar de que en los últimos días intentó reforzar su credibilidad con consejeros especializados.
Según Anatoli Otisiuk, del centro de análisis Democracy House, los sondeos favorables al cómico reflejan la “desconfianza” que sienten los ucranianos hacia los “políticos veteranos” a causa de los “escándalos permanentes de corrupción, algunas reformas, el descenso del nivel de vida o la pobreza”.
Petro Poroshenko tiene a favor el haber logrado el apoyo de los países occidentales, la recuperación del ejército y haber evitado la quiebra del país, uno de los más pobres del continente.
Pero ningún alto responsable fue condenado por corrupción y el conflicto en el este parece estancado, sin visos de resolverse.
Presentándose como la única barrera frente a la Rusia de Vladimir Putin, no ha dejado de insistir en los riesgos que planean sobre su país.
“Un actor sin experiencia no puede liderar una guerra contra el agresor ruso”, advirtió el mandatario.
Kiev y las potencias occidentales acusan a Moscú de apoyar militarmente a los separatistas prorrusos que controlan una parte del este de Ucrania.
Por su parte, el cómico no se dejó intimidar y echó mano de frases impactantes, presentándose como alguien “simple” frente al “presidente más rico” de la historia de Ucrania.
“Estoy convencido de que podremos romper el sistema”, zanjó Volodmir Zelenski al cabo de una hora de debate, en medio de los aplausos y abucheos de miles de militantes de ambos bandos. “Soy el resultado de sus errores y de sus promesas”.