“De la ciudad prácticamente no queda nada: la mitad de los edificios ha sido destruida o dañada, no hay luz ni agua potable”, dijo a la agencia rusa Interfax un portavoz del estado mayor de las milicias prorrusas que combaten con las tropas ucranianas por el control de Lugansk.
Según la autoridades ucranianas, desde el martes las calles del centro de Lugansk son escenario de encarnizados combates. “En Lugansk no queda más de un tercio de su población”, dijo el portavoz prorruso.
La ciudad, capital de la región ucraniana homónima, es la segunda plaza fuerte más importante de las milicias separatistas, y su caída bajo el control de las tropas ucranianas supondría una importante, si no decisiva, derrota para los prorrusos.
El mando de las tropas ucranianas que participan en las operaciones contra las milicias prorrusas informó hoy en su página de Facebook de que las fuerzas gubernamentales “ continúan la ofensiva, y que ”el enemigo sufre grandes bajas".
Según el parte militar, en las últimas horas la artillería y la aviación destruyeron cinco blindados, incluidos dos carros de combate, y dos lanzaderas misiles de bocas múltiples de GRAD de los prorrusos.
El mando ucraniano admitió, no obstante, que las milicias atacan las localidades de Novosvetlovka y Jriashevatoye, situadas al sureste de Lugansk, a pocas decenas de kilómetros de la frontera con Rusia.
La víspera, los rebeldes abatieron un avión de asalto ucraniano Su-25, cuyo piloto logró catapultarse del aparato, sin conocerse qué suerte corrió.