Será en una ceremonia a la que asisten representantes de 60 países y que está ensombrecida por su coincidencia con la celebración del llamado genocidio armenio.
El príncipe Carlos de Inglaterra y los primeros ministros de Australia y Nueva Zelanda, Tony Abbott y John Key respectivamente, presiden las distintas ceremonias junto al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en el recuerdo de esta batalla que enfrentó a las tropas otomanas con los aliados franceses y británicos en 1915.
Las celebraciones oficiales comenzarán al mediodía en Galípoli con la tradicional oración del viernes, en la que Erdogan se sumará a varios líderes musulmanes, y continuarán mañana con ceremonias dedicadas a Australia y Nueva Zelanda. Soldados de estos dos países formaron el Anzac, una fuerza militar que participó en esta batalla junto a cuerpos británicos y franceses.
Turquía ha celebrado habitualmente la batalla de Galípoli el día 18 de marzo, pero para el centenario se ha elegido el día 24, lo que ha sido criticado por coincidir con la celebración del aniversario del comienzo de las masivas deportaciones de armenios en las que murieron 1,5 millones y que son consideradas por ese pueblo como un genocidio, un término que rechaza Turquía.
Ya ayer se celebró una conferencia de paz en la que Erdogan se refirió a este debate diciendo que su país está dispuesto a abrir sus archivos militares para que los historiadores puedan descubrir la verdad sobre lo que pasó en 1915.
Turquía, que ha mostrado sus condolencias y su respeto por quienes “perdieron la vida” en aquellos sucesos, reduce la cifra de muertos a 500.000 y enmarca aquella tragedia en la violencia general del conflicto bélico.
De hecho, Erdogan dijo ayer que la tristeza de Turquía por los armenios muertos es igual a la que siente por los cuatro millones de musulmanes que, dijo, fallecieron en la guerra.
Los actos de Galípoli rememoran un ataque naval seguido de un desembarco lanzado por franceses y británicos en el Estrecho de los Dardanelos en un intento de avanzar hacia Estambul, entonces capital del Imperio otomano, que en octubre de 1914 había entrado en la guerra en el bando de Alemania. El enfrentamiento siguió hasta el repliegue aliado en diciembre de 1915.
Unos 50.000 soldados en cada bando murieron en la batalla, que dejó también unos 200.000 heridos.
La batalla se considera en Turquía como un hito nacional ya que fue en las colinas de Galípoli donde destacó el joven comandante Mustafa Kemal, más conocido como Atatürk, quien ocho años más tarde abolió el Imperio otomano y fundó la República de Turquía.
La zona se ha convertido en una zona de peregrinaje de ciudadanos de los países que participaron en la batalla y el 25 de abril, cuando desembarcaron los soldados del Anzac, es celebrado en Australia y Nueva Zelanza como el Anzac Day.
A las celebraciones asistirán representantes de 60 países, entre ellos los presidentes de 20 países.