“Tupac Katari” catapulta a Bolivia a era espacial

LA PAZ. Bolivia lanzó con éxito su primer satélite de comunicaciones, anunció el presidente Evo Morales desde una base del sudoeste de China donde se efectuó el despegue la madrugada del sábado.

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“Estoy muy contento, satisfecho, emocionado” por “el lanzamiento exitoso” del satélite Tupac Katari, dijo Morales, que festejaba así el acceso de Bolivia, uno de los países más pobre de América Latina, a la era espacial.

El cohete Larga Marcha había despegado el sábado a las 00H42 locales (16H42 GMT del viernes) de la base de Xichang (provincia de Sichuan) y la cuenta regresiva y la ignición fueron seguidas por miles de bolivianos gracias a pantallas gigantes instaladas en La Paz y otras ciudades.

Poco después, la estación de Amachuma, a 4.000 metros de altitud y a unos 30 kilómetros de La Paz, indicó que ya estaba recibiendo las señales para rastrear al satélite, que debe colocarse dentro de dos semanas en su órbita geostacionaria definitiva, a 36.000 km de altitud, para empezar a operar en marzo.

“Estamos recibiendo ya todas las señales del satélite correctamente, ya lo hemos podido rastrear” y localizar, dijo una técnica de la estación, Alejandra Lora, a la televisión estatal red TVB.

El Tupac Katari -que debe su nombre a un guerrero aymara del siglo XVIII que combatió la dominación española- es un satélite de 5,3 toneladas de peso, de 2,36 m de largo y 2,1 m de ancho. Su vida útil será de 15 años.

Lágrimas de emoción

Consta de 30 canales y operará en tres frecuencias. La primera será empleada para cubrir gran parte del territorio boliviano en servicios de internet, la segunda cubrirá emisiones de radio y comunicación y la tercera servirá para alquilar diferentes tipos de transmisiones a países vecinos.

Dos estaciones en tierra -en La Paz y Santa Cruz- monitorearán su comportamiento.

Debería beneficiar a un 30% de la población de Bolivia (un país de diez millones de habitantes), principalmente de zonas rurales que no acceden a comunicaciones, ni el internet.

“Este satélite va a dar cobertura a toda el área rural. Más de 1,3 millones de viviendas y su población van a tener acceso a estos servicios y va a permitirnos cerrar una brecha de comunicaciones, de acceso a educación y servicios de salud”, dijo a la AFP la ministra de Planificación de Bolivia, Viviana Caro, quien también asistió al lanzamiento.

En la plaza de Armas de La Paz miles de bolivianos siguieron el evento en directo, y celebraron y lloraron de emoción tras ver despegar el cohete que llevaba el satélite.

“Dan ganas de llorar”, comentó a la AFP René Vallejos, de 75 años, y rompió en lágrimas. “Siento una gran emoción por el país”, dijo.

Campesinos e indígenas, que se dedican a la agricultura y tienen apenas servicios básicos, representan casi el 40% de los 10 millones de bolivianos, en un país en el que 60% de la población vive en la pobreza.

La inversión de parte del gobierno boliviano fue cuestionada por la oposición que consideró muy elevado el costo del aparato en un país con tantas urgencias sociales.

La Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, a través de su subsidiaria Great Wall (Gran Muralla), fue la encargada de la fabricación y el lanzamiento del satélite.

El costo del proyecto fue de 300 millones de dólares, 256 millones financiados por China y 44 millones por Bolivia.

La mayor parte de esa suma (295,4 millones) estuvo destinada al artefacto tecnológico y el resto a obras de infraestructura, como las dos estaciones en tierra, según datos oficiales bolivianos.

China pisa fuerte en el mercado de los satélites de América Latina

El éxito de este lanzamiento debe confirmar las pretensiones de Pekín en el mercado de los satélites, después del fracaso el pasado 9 de diciembre de la puesta en órbita de un satélite brasileño debido a un fallo de un cohete Larga Marcha.

Pekín ya había entre tanto hecho gala de su pericia espacial, al convertirse el 14 de diciembre en el tercer país, después de Estados Unidos y Rusia, en posar una sonda en el suelo lunar.

China busca dominar el 15% del mercado de lanzamiento de satélites comerciales y militares a nivel mundial para 2020, según afirmó un vocero del programa espacial chino, y se ha convertido ya en una de las principales plataformas de desarrollo satelital para América Latina.

Brasil y China ya lanzaron exitosamente tres satélites de observación de la Tierra (CBERS, por su sigla en inglés).

También Venezuela tiene dos satélites en órbita -de telecomunicaciones y de observación remota- de forma conjunta con China.

Nicaragua se encuentra en discusiones para desarrollar un potencial satélite de telecomunicaciones y Bolivia ya tiene proyectado la construcción de un segundo satélite -de observación terrestre- en conjunto con China.

Argentina y Ecuador lanzaron este año sus nanosatélites, CubeBug-1 y Pegaso respectivamente, en cohetes Larga Marcha 2D.

Un satélite “anticolonialista"

Morales, un mandatario de izquierda con raíces indígenas, puso al primer satélite bajo la invocación de Tupac Katari, un líder aymara que pereció en la lucha contra España.

“Hace 232 años, antes de ser descuartizado, Tupac Katari dijo ’volveré y seré millones’. Siento que ahora, desde el espacio, mediante el satélite, será nuestra luz y seremos millones”, declaró Morales en Pekín, tras haber colocado flores al pie de la estatua del mártir revolucionario en el Museo Jintai.

“Bolivia entrará a la era espacial después de tantos años de vivir en la oscuridad, en sometimiento y subordinación”, añadió.

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