“Ante un ultimátum para la salida temporal de Grecia de la eurozona, tomamos la responsabilidad hacia el pueblo griego de seguir con vida y continuar la lucha en lugar de elegir el suicidio (la salida del euro)”, dijo Tsipras en su discurso ante el pleno del Parlamento que concluirá con la votación del acuerdo.
El primer ministro dijo no arrepentirse de haber tomado esta decisión y aunque reconoció que el rescate no es un triunfo, aseguró que es la mejor opción que tenía el país en un momento de asfixia financiera.
Recalcó que Grecia se encuentra en una “coyuntura crítica” y es “responsabilidad de todos asegurar la capacidad del país para sobrevivir y seguir luchando” y apuntó que esta “es la responsabilidad nacional más grande”.
“Desde el 25 de enero, tanto en el exterior como en el interior, algunos tratan de atacar a este Gobierno”, aseguró e instó al resto de partidos a no facilitar a “los círculos ultraconservadores de Europa que torpedeen el acuerdo”, de los que dijo que no tienen “otro objetivo que el castigo de nuestra gente”.
Tsipras envió además un mensaje interno hacia los disidentes de Syriza que han mostrado su desacuerdo con la negociación del rescate, al asegurar que “la decisión de no ir a la quiebra desordenada o a un memorando con el dracma no era una opción del momento”, pues “nunca fue nuestra elección o declaración programática”.
Remarcó que el Gobierno no recibió el mandato para sacar al país de la zona euro y que tampoco este era el dilema en el referéndum convocado a principios de julio, en alusión a los miembros de su partido que le reprochan que haya traicionado la voluntad del pueblo.
Se espera que la votación del rescate, que se lleva a cabo hoy, salga adelante con amplio apoyo gracias al respaldo de la oposición.