Cuando se han escrutado el 75,6 por ciento de los votos emitidos, Tsai tenía algo más de 6 millones de papeletas, con un 59,4 por ciento de todas las emitidas, frente al 31,5 por ciento del oficialista Chu Lilun, del Partido Kuomintang (KMT), según los datos de la Comisión Central Electoral.
Los gritos de alegría y el bullicio en la sede de la campaña de Tsai contrastan con las lágrimas y el escaso número de seguidores en el de Eric Chu.
Los resultados de las elecciones legislativas están algo más retrasados, aunque los primeros datos confirman la posibilidad de que el KMT pierda por primera vez en la historia su mayoría en el Parlamento a favor del PDP.
Tsai ha prometido una reforma profunda de la política de la isla hacia una mayor participación popular, bienestar social y fiscalización de los grupos de interés, y también una postura más firme de defensa de la identidad isleña ante China.
La presidenta electa se ha negado a aceptar el “Consenso de 1992” (una sola China con interpretaciones distintas en Taipei y Pekín), pero ha prometido “mantener el estatus quo”, “comunicación”, “sin provocación” y “sin sorpresas”, que espera mantenga la paz en el estrecho de Formosa.
Los resultados de estos comicios también impactarán en el futuro económico de la isla y en sus lazos con Estados Unidos y sus aliados, de los que 12 están ubicados en Latinoamérica y el Caribe.