Según el diario The New York Times, que recopila en una página de internet los insultos vertidos por Trump a través de la red social, el presidente ha dirigido sus dardos a 424 objetivos, entre los que se cuentan personas, países o instituciones.
El personaje que más comentarios negativos ha recibido del mandatario estadounidense ha sido Hillary Clinton. Trump no ha ahorrado adjetivos contra su antigua rival electoral.
Desde el decenas de veces repetido “deshonesta” hasta “corrupta” con el que el 23 de enero de 2017 despachaba a la ex secretaria de Estado: “Hillary Clinton puede ser la persona más corrupta que jamás ha aspirado a la Presidencia”.
Tampoco su predecesor en la Casa Blanca, Barack Obama, se ha librado de las invectivas de Trump, al criticarlo y dudar de sus logros como hizo en su entrada de Twitter del 2 de agosto en la que lo acusaba de ser el peor presidente de la historia del país.
“¡El presidente Obama pasará a ser quizás el peor presidente en la historia de Estados Unidos!”, espetó el magnate.
El duro alegato contra Trump lanzado por la tres veces ganadora del Óscar Meryl Streep durante la entrega de los Globos de Oro en enero de 2017 fue replicado por el presidente el 9 de enero con un tuit en el que la calificaba como una actriz sobrevalorada. “Meryl Streep, una de las actrices más sobrestimadas de Hollywood, no me conoce, pero me atacó anoche en los Globos de Oro”, escribió.
Su enfrentamiento con el ya exdirector del FBI James Comey a raíz de la investigación sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones que lo llevaron a la Casa Blanca, se observaron en algunos tuits, como el enviado el 24 de febrero de 2017. “El FBI es totalmente incapaz de detener los 'filtradores' de seguridad nacional que han impregnado a nuestro Gobierno durante mucho tiempo”, señaló Trump.
Uno de los asuntos por los que ha recibido mayores críticas ha sido por su gestión de las relaciones internacionales. Tres entradas en Twitter en las que ataca al alcalde de Londres (de religión musulmana) tras un atentado terrorista en la capital británica en junio de 2017; al presidente norcoreano, Kim Jong Un, o sus ataques a México, son un ejemplo de ellas. “¡Al menos 7 muertos y 48 heridos en ataques terroristas y el alcalde de Londres dice que ¡no hay razón para alarmarse!”, le dijo al alcalde londinense, Sadiq Khan.
“¿Por qué Kim Jong-un me insultaría llamándome viejo cuando NUNCA lo llamaría bajo y gordo?”, se preguntó sobre el líder norcoreano. “¡Amo a los mexicanos, pero México no es nuestro amigo. Nos están matando en la frontera y nos están matando en empleos y comercio. ¡LUCHA!”, manifestó sobre el vecino del sur.
Trump no ha ahorrado energías para atacar a medios de comunicación como el canal CNN o los diarios The Washington Post y The New York Times, tachados de “liberales” y de incluir “fake news” (noticias falsas). En un tuit del 24 de diciembre acusaba a los medios díscolos con su forma de gobernar de negar los logros de su presidencia y la fortaleza de su electorado: “Las noticias falsas niegan cuán grande y fuerte es nuestra BASE... A pesar de los informes negativos, estamos bien; nadie nos va a ganar. ¡HAGAMOS AMÉRICA GRANDE OTRA VEZ!”.
El mundo del deporte no ha sido ajeno tampoco a la incontinencia del presidente republicano en Twitter.
El 23 de octubre tachó como irrespetuoso con la bandera y el país el gesto de protesta de algunos jugadores negros de fútbol americano que escuchaban el himno nacional rodilla en tierra en señal de repulsa por los abusos policiales contra miembros de la minoría afroamericana.
“Dos docenas de jugadores de la NFL continúan arrodillándose durante el himno nacional, lo que muestra una total falta de respeto hacia nuestra bandera y país. ¡No hay liderazgo en la NFL!”, reclamó entonces.
Quizás una de sus intervenciones más polémicas en las redes sociales ha sido el tuit que envió en agosto tras el atropello mortal de una manifestante antifascista por parte de un supremacista blanco en la ciudad de Charlottesville (Virginia), en el que condenaba de manera general la violencia:
“TODOS debemos unirnos y condenar todo lo que representa el odio.No hay lugar para este tipo de violencia en Estados Unidos.¡Reunámonos todos juntos!”, tuiteó el gobernante.