Según estos medios, la Casa Blanca está preparando las directrices que enviará en los próximos días al Pentágono, abriendo así el periodo de seis meses para implementarlas.
Directrices en mano, el jefe del Pentágono, James Mattis, tendrá que expulsar de las Fuerzas Armadas a los uniformados transexuales que no puedan desplegarse en zonas de guerra o participar en misiones de larga duración.
Trump anunció a finales de julio su decisión de prohibir que los transexuales sirvan “en ninguna capacidad” en las Fuerzas Armadas estadounidenses tras haber consultado, según aseguró, con sus “generales y expertos militares”.
“Nuestras Fuerzas Armadas deben centrarse en la victoria decisiva y arrolladora, y no pueden ser lastradas con los enormes costes médicos y la perturbación que implicarían los tránsgenero”, argumentó Trump en un anuncio en su cuenta de Twitter. Un grupo de militares transexuales interpuso una demanda contra la decisión de Trump en un tribunal de Washington después del anuncio.
Las Fuerzas Armadas estadounidenses quedaron abiertas “con efecto inmediato” a los transexuales en junio de 2016 por decisión del expresidente Barack Obama, aunque su reclutamiento debía empezar en enero de 2018.
El número de transexuales que sirven en las Fuerzas Armadas oscilaba en 2016 entre 1.300 y 6.600 dentro de un total de 1,3 millones de integrantes del cuerpo militar, de acuerdo con un estudio encargado por el Pentágono.