Trump acalla versiones sobre desorganización en transición

NUEVA YORK. El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, y algunos de sus asesores se multiplicaron hoy para acallar las versiones que hablan de desorganización en el equipo de transición.

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Ya desde madrugada, el mismo Trump rechazó esas versiones en varios mensajes que tuiteó, uno de ellos asegurando que el proceso de designación de los futuros integrantes de su gabinete se está llevando a cabo de una forma “muy organizada”.

La idea fue respaldada por otras dos personas que actúan como portavoces del equipo de transición y que en días pasados habían limitado al máximo sus declaraciones ante la marcha de las gestiones para conformar el equipo que acompañará a Trump en la Casa Blanca.

Según el director de comunicaciones del equipo de transición, Jason Miller, se está adoptando un “enfoque metódicamente estructurado” en la definición del futuro Gobierno, del que sólo se conocen dos puestos importantes.

“No vamos a acelerarnos. Vamos a estar seguros de que la gente en la que confiamos pase el proceso de confirmación (del nombramiento en el Congreso) y pueda implementar la visión del presidente electo”, agregó Miller.

Los medios de comunicación se han hecho eco en los últimos días de fuertes desavenencias en el equipo de transición y del creciente peso en la toma de decisiones de miembros de la familia de Trump, que ya jugaron un papel clave en la campaña.

La cadena CNN, por ejemplo, aseguró que una fuente calificó como una “pelea a cuchilladas” la que se libra entre el equipo de transición a la hora de nombrar los máximos cargos vinculados con temas de seguridad.

Parte de esas peleas internas han sido atribuidas al yerno de Trump, Jared Kushner, que pudieron derivar, según algunas versiones, con el relevo del gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, como jefe del equipo de transición.

Pero, según Trump y sus portavoces, nada de eso es cierto, todo está “muy organizado” y, como insistió hoy Miller, “hay un plan sólido”.

Y alguien que diga lo contrario, agregó el portavoz, “está amargado, ya sea porque no está en el círculo interno o no está siendo considerado, o está amargado porque el resultado de las elecciones de la semana pasado no fue el que querían”.

También salió al paso Kellyanne Conway, que fue la última jefa de campaña de Trump y ahora actúa como asesora del equipo de transición, con declaraciones ocasionales a los periodistas, muy limitadas en los últimos días y más profusas hoy.

“No lo veo de esa forma”, afirmó Conway cuando fue consultada sobre esa “desorganización” en el equipo de transición. “Son cosas falsas”, insistió.

Hasta ahora, el equipo sólo ha nombrado al futuro jefe de Gabinete de Trump, puesto que asumirá el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, y a Stephen Bannon como estratega jefe y consejero senior.

Los portavoces del presidente electo insisten en que la designación de más cargos lleva tiempo.

“No se integra un Gobierno federal de un día para otro. Se trata de temas serios, de nombramientos importantes y de consideraciones muy serias”, aseguró Conway.

Según Miller, el equipo está asegurándose de que está incorporando “a gente que esté dispuesta a implementar la visión” de Trump, una misión que, agregó, conoce de sobra el vicepresidente electo, Mike Pence.

Pence reemplazó el domingo a Christie como jefe del equipo de transición y el martes se reunió durante cerca de seis horas con Trump y sus asesores, aunque hoy estaba en Washington visitando a quien reemplazará en enero, el vicepresidente Joe Bieden.

Sí llegó hoy a la Torre Trump, donde vive y trabaja el presidente electo, el alcalde de Nueva York, Bill De Blasio, un demócrata que ha sido un duro crítico de las posiciones de Trump, y quien hoy se reunió con él para, según dijo, expresarle las “preocupaciones” de sus vecinos.

De Blasio declaró a los periodistas que había hablado con el magnate neoyorquino sobre las reducciones de impuestos que ha prometido y la liberalización de algunas regulaciones financieras, pero sobre todo sobre sus amenazas contra los inmigrantes.

“Esta ciudad y muchas ciudades más harán todo lo que puedan para proteger a sus residentes y asegurarnos de que las familias no sean separadas”, afirmó De Blasio.

Una deportación masiva, como la que ha prometido Trump, puede generar enfrentamientos entre las comunidades y la Policía en ciudades como Nueva York, y romper la confianza entre ambos sectores.

“Creo que fue muy importante (...) darle una perspectiva más allá de la burbuja de la transición”, agregó Di Blasio al referirse a su conversación con Trump, que calificó de “respetuosa” y “franca”.

Trump, mientras tanto, sigue refugiado en su torre desde que comenzó la semana. Sólo salió anoche a cenar con su familia en un restaurante de Nueva York, dando el esquinazo a los periodistas que, por tradición, siguen al presidente electo o al jefe de Estado.

No se tienen detalles sobre sus nuevos pasos. Conway ni siquiera confirmó hoy si Trump se reunirá este jueves con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, a pesar de que el anuncio se ha hecho desde Tokio y lo han confirmado fuentes diplomáticas japonesas.

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