La joven, embarazada de ocho meses, está actualmente detenida con su hijo de 20 meses, asegura Amnistía Internacional, que pide su liberación inmediata.
“Le dimos tres días para abjurar de su fe pero usted ha insistido en no volver al islam. Le condeno a la pena de muerte en la horca”, declaró el juez Abas Mohamed al Jalifa, dirigiéndose a la mujer por el apellido de su padre, de confesión musulmana.
Meriam Yahia Ibrahim Ishag (su nombre cristiano) también fue condenada a cien latigazos por “adulterio” . La joven permaneció impasible al conocer el veredicto.
Antes, durante la audiencia, tras una larga intervención de un jefe religioso musulmán que intentó convencerla, dijo sosegadamente al juez: “Soy cristiana y nunca he cometido apostasía”.