El Tribunal Administrativo de Gelsenkirchen calificó de “burda ilegalidad” la expulsión del tunecino y agregó que la decisión “viola los principios fundamentales del estado de derecho”. Los costes del regreso de Sami A. debe correr a cargo de la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados (BAMF), indicó el tribunal.
El deportado había llegado a Túnez desde Alemania, donde residía como peticionario de asilo desde 2005 junto a su esposa e hijos, y su expulsión se produjo a pesar de existir una orden judicial de ese mismo tribunal que lo impedía. La portavoz del Ministerio alemán del Interior, Annegret Korff, había confirmado previamente hoy en rueda de prensa ordinaria la expulsión y señaló que el titular del departamento, Horst Seehofer, fue informado una vez realizada la entrega de Sami A., de 42 años, a las autoridades tunecinas.
Reconoció que “cuando las autoridades tienen conocimiento de la existencia de un decisión judicial según la cual la expulsión no se puede llevar a cabo, no se puede expulsar”. Pero señaló que las autoridades no tenían conocimiento de la prohibición de la expulsión, dictada ayer por el Tribunal Administrativo de Gelsenkirchen, ya que la notificación no fue enviada por fax a la BAMF hasta esta mañana a las 8:27 horas (6:27 GMT), según indicó un portavoz al diario “Welt”.
Por lo tanto, el avión en el que viajaba el deportado había despegado rumbo a Túnez hora y media antes del recibo de la notificación. El tribunal había advertido de que no existía confirmación diplomática vinculante que garantice que Sami A., en caso de regresar a Túnez, no fuera sometido a torturas. Registrado por las autoridades alemanas como potencial terrorista, Sami A. vivía desde 1997 con su mujer e hijos en la ciudad de Bochum. Llegó a Alemania hace 21 años por razones de estudio y percibía un subsidio según la ley de asilo de 1.167,84 euros mensuales. A finales de junio fue detenido e ingresó en prisión previa a su expulsión, después de que la BAMF levantara una prohibición correspondiente, decisión a la que Sami A. respondió con un recurso de urgencia ante el Tribunal Administrativo.
La detención se produjo durante la visita que Sami A. estaba obligado a hacer a la comisaría local diariamente, de acuerdo con las condiciones impuestas después de que se rechazara su petición de asilo y en atención a que está fichado como individuo peligroso por sus pasados contactos con el terrorismo islámico.