El alcalde de la ciudad, John Tecklenburg, confirmó en una rueda de prensa que uno de los rehenes falleció tras ser tiroteado por el responsable del suceso, a quien calificó como “un empleado molesto”.
“Es un trágico caso de un individuo trastornado, creo, con un historial de problemas de salud mental”, indicó el alcalde.
El autor del tiroteo resultó herido por los disparos de la policía local tras irrumpir en el restaurante, después de unas horas de infructuosas negociaciones con los agentes, y fue trasladado posteriormente a un centro hospitalario.
“No se trata de un acto de terrorismo. No es un crimen de odio racial”, había señalado previamente Tecklenburg.
Los hechos se produjeron a escasa distancia de la iglesia episcopaliana Emmanuel donde en 2015 nueve afroamericanos fueron asesinados por un joven blanco, Dylan Roof, quien posteriormente fue sentenciado a la pena capital.
Charleston es una popular ciudad turística de 136.000 habitantes y ubicada en la costa de Carolina del Sur.