En 2016 se registró una tasa de 14 muertes de infantes de hasta un año por cada 1.000 frente a 13,3 del año previo, señaló el ministerio en un reporte recibido por la AFP.
La tasa de mortalidad infantil ha ido en franco retroceso desde 1990, cuando se situaba en 47,1, a excepción de 2016.
Ese indicador, explicó el ministerio, fue afectado por una reducción de 5,3% en la tasa de nacimientos en Brasil debido al “aplazamiento de la gestación y, en parte, al impacto de la epidemia del virus zika”, que sumergió a Brasil en una emergencia sanitaria entre noviembre de 2015 y mayo de 2017.
De esta manera, “hubo una reducción del denominador usado para el cálculo de la tasa de mortalidad infantil, lo que afectó el cálculo de la tasa. Y también es necesario aclarar que los niños son los que más sufren de los cambios socioeconómicos”, señaló el ministerio.
Brasil viene recuperándose de la recesión entre 2015 y 2016, y que le llevó a cerrar 2017 con un déficit fiscal de 110.583 millones de reales (unos 34.638 millones de dólares, al cambio promedio de ese año). Fue uno de los peores resultados de la serie histórica.
Durante la epidemia de zika, un virus transmitido por el mosquito Aedes aegypti, se registraron 2.753 casos en todo el país, siendo la región nordeste la más afectada por la enfermedad.