Hoy se cumple un mes de ofensiva yihadista, con más de 600 muertos.
“Confío en los esfuerzos de las Unidades de Protección del Pueblo kurdo, en sus hombres y mujeres, que darán hasta la última gota de sangre para proteger Kobani y acabar con los terroristas del EI”, afirmó el presidente de este enclave kurdo sirio, Anuar al Muslem.
El responsable kurdo tiene motivos para la esperanza después de que en los últimos dos días los radicales retrocedieran ante el aumento de los ataques de la coalición internacional, liderada por EEUU, y las operaciones de los kurdos.
Sin embargo, “los choques continúan y hoy el EI lanzó una decena de proyectiles de mortero en distintas partes de la ciudad, y una mujer ha muerto y varias personas han resultado heridas”, destacó Al Muslem.
Y es que, pese al progreso de los kurdos por la periferia occidental y a que hoy recuperaron el control de una calle que conduce a un complejo gubernamental de seguridad, en manos de los extremistas, el EI todavía conserva un buen porcentaje de la superficie de Kobani, que según Al Muslem, está entre el 25 y el 30 por ciento.
Este miércoles, los combates dentro de la población se concentraron en las inmediaciones de dicho complejo y en un mercado de verduras, en poder del EI, en la mitad oriental. El responsable de la defensa de Kobani, Esmat Sheij Hasan, explicó a Efe por teléfono que durante la jornada de hoy la situación apenas ha cambiado respecto a ayer.
“Se ha frenado el avance del EI por la ciudad, pero todavía hay enfrentamientos, sobre todo, en el este y el oeste”, indicó.
A diferencia de días anteriores, los aviones de la coalición internacional no han bombardeado posiciones de los radicales, aunque han sobrevolado la población. “Es posible que sea por el mal tiempo porque aquí está lloviendo”, dijo Hasan, presidente del Organismo Autónomo de Defensa y Protección de la localidad.
Kobani, situada en Alepo (norte) , es una de las tres principales regiones kurdas de Siria, junto a Afrín, en la misma provincia, y Al Yazira, en Al Hasaka (norte). La ciudad es blanco de una ofensiva de los yihadistas desde el pasado 16 de septiembre.
Desde esa fecha, al menos 662 personas han perdido la vida en Kobani y sus alrededores, de acuerdo con el balance de víctimas publicado hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. De ellos, al menos veinte eran civiles, de los que diecisiete fueron ejecutados por los radicales -cuatro de ellos decapitados- y el resto fallecieron por los ataques con proyectiles del EI.
En el bando de los kurdos, al menos 268 personas perecieron; mientras que el EI sufrió al menos 374 bajas, de las que cuatro fueron suicidas que perpetraron atentados. Estas cifras podrían ser superiores por el secretismo que mantienen ambas partes sobre las bajas en sus filas y por la imposibilidad de acceder a determinadas zonas de Kobani y su periferia, destacó el Observatorio.
El Departamento de defensa estadounidense informó ayer de que los ataques aéreos de EEUU en esa región habían ocasionado la muerte de cientos de extremistas.
“Es difícil ofrecer un número exacto, pero creemos que hemos matado a varios cientos de combatientes del EI”, anunció el portavoz del Pentágono, el contraalmirante John Kirby.
Aun así, advirtió de que todavía existe el riesgo de que el EI se haga con el dominio del enclave, ya que sus esfuerzos se enfocan a tomar su control.
Kobani no es la única área kurdo siria donde tienen lugar combates entre los yihadistas y las milicias kurdas, aunque sí es donde el EI está concentrando sus operaciones.
En la provincia de Al Hasaka, las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo mataron hoy a veinte extremistas, algunos extranjeros, en un ataque al oeste del pueblo de Ras al Ain, donde arrebataron al EI 18 fusiles “kalashnikov” y municiones para armas pesadas y de calibre mediano.
El EI proclamó a finales de junio un califato en Irak y Siria, donde ha conquistado amplias partes del territorio de ambos países.