Los menores y sus madres llegaron al aeropuerto de la Fuerza Aérea Guatemalteca de la capital en un avión estadounidense, dentro de un grupo de tres vuelos con 354 deportados.
Las madres y los menores caminaron cabizbajos por la pista del aeropuerto cargando unos pocos bienes, algunas de las mujeres con los menores más pequeños en sus brazos.
Una comisión estatal, encabezada por el Procurador General de la Nación, Vladimir Aguilar, recibió a los deportados en la pista del aeropuerto para luego llevarlos al área de protocolo de esa base militar, donde personal de migración los documentó.
“El día de hoy (viernes) el Estado de Guatemala le está dando la cordial bienvenida a estas familias guatemaltecas”, dijo Aguilar en rueda de prensa.
Dos de las cinco madres fueron deportados con dos hijos, mientras que las otras tres con uno cada una, precisó el funcionario sin dar a conocer los nombres.
El grupo de infantes estaba compuesto por cinco niñas de 4, 6, 7, 12 y 16 años, en tanto los varones eran de 2 y 14 años.
Las familias fueron detenidas hace cuatro semanas en la frontera del estado sureño de Texas, y su expulsión fue rápida.
Cuando los menores ingresan a Estados Unidos sin acompañamiento de adultos son sometidos a un extenso proceso legal para determinar si se quedan o serán deportados.
El gobierno guatemalteco creó una comisión “especial para coordinar una protección, una respuesta a ese flagelo” que ha provocado la migración de menores acompañados o no acompañados, comentó Aguilar.
Aseguró que el Estado guatemalteco no sólo se dedicará “al ámbito emocional, va a tomar medidas concretas para poder combatir las causas, las razones y motivos que originaron ese viaje peligroso”.
Según Estados Unidos, desde octubre del año pasado por lo menos 57.000 menores sin compañía de adultos, la mayoría de Honduras, El Salvador y Guatemala, fueron interceptados en suelo estadounidense tras emigrar clandestinamente en busca de sus familiares o huyendo de la violencia en sus países.