Corea del Sur planteó el asunto durante una reunión entre su titular de Exteriores, Kang Kyung-wha, y su homólogo chino, Wang Yi, en el marco de la Cumbre del Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC), que concluyó ayer en Da Nang (Vietnam).
La oficina presidencial surcoreana ha explicado en una rueda de prensa que recoge hoy el diario Korea Times, que Pekín “estudiará el asunto” tras la propuesta.
El consulado surcoreano en Shenyang, capital de la provincia nororiental de Liaoning, tiene constancia de que 10 desertores norcoreanos se encuentran retenidos en la ciudad tras ser arrestados el pasado 4 de octubre y que Pekín planea devolverlos a su país.
En el grupo hay un niño de 3 años de edad y varias personas mayores de 60. El consulado pidió hace poco a las autoridades chinas que no repatríen al grupo por temor a las represalias que puedan sufrir a manos de las autoridades norcoreanas.
Al no poder cruzar a Corea del Sur por tierra, la mayoría de los desertores norcoreanos opta por atravesar los ríos Amnok o Tumen para llegar a China y de ahí a un tercer país -principalmente Tailandia y Mongolia- donde piden asilo a través de las embajadas y consulados surcoreanos (algo que no pueden hacer en los de China).
China, que quiere evitar migraciones en masa de norcoreanos, no los considera como refugiados si no como “migrantes económicos”, por lo que los repatría forzosamente si los encuentra en su territorio.
El Informe de 2014 de la Comisión de Investigación de la ONU sobre Derechos Humanos en Corea del Norte indicó que “casi todos los repatriados son objeto de actos inhumanos” al ser considerados “una amenaza para el sistema político y la cúpula” del régimen, que quiere evitar que el país “tenga contacto con el mundo exterior”.