Sequía y la violencia en el lago Chad podrían generar nuevas crisis migratorias

BRUSELAS. La cuenca del lago Chad, una región del Sahel golpeada por la pobreza, la sequía y la violencia, podría convertirse en un territorio de éxodo masivo de migrantes.

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Eso es si la comunidad internacional fracasa en dos cumbres cruciales sobre migración y clima, advierte Naciones Unidas.

La cumbre UE-África, que comienza esta semana en Malta, y la conferencia internacional sobre clima en París a finales de noviembre deberían desembocar en una acción determinada a favor de los cuatro países del lago Chad, estimó el coordinador humanitario de la ONU para el Sahel, Toby Lanzer, en una entrevista con la AFP .

Camerún, Nigeria, Níger y Chad se enfrentan a la violencia del grupo islamista nigeriano Boko Haram.

“Todos estos asuntos, los demandantes de asilo, la crisis de los refugiados, la crisis medioambiental, la inestabilidad creada por los extremistas convergen en la cuenca del lago Chad”, advierte. “Existen razones irrefutables para que la comunidad internacional intensifique sus esfuerzos y haga mucho más”.

El conflicto contra los insurgentes islamistas de Boko Haram ya ha desplazado a 2,5 millones de personas en la región del lago Chad, una reserva de agua dulce cuya superficie se ha reducido considerablemente en 50 años, según algunos estudios.

Su desaparición total como consecuencia del calentamiento global, una hipótesis que los expertos se toman muy en serio, podría privar a millones de personas del agua necesaria para sobrevivir con la pesca, la agricultura, la ganadería y el comercio, en una región donde la tasa de natalidad es muy elevada.

En el Sahel, la población debería aumentar en 150 millones de personas en las próximas tres décadas, subraya Lanzer. En Níger, que ocupa la última posición en el índice de desarrollo humano de Naciones Unidas, una mujer tiene de media siete hijos.

Estados Unidos, Francia y Reino Unido se han comprometido ya a ayudar, incluso militarmente, a los cuatro países del lago Chad y a Benín para hacer frente a la violencia de Boko Haram. Pero Lanzer considera esencial ofrecer perspectivas económicas y empleos a los jóvenes de la región, atraídos por el tráfico de droga, armas y seres humanos, o que se plantean unirse a grupos violentos.

“Todos los ingredientes para ir directos a la catástrofe están reunidos”, advierte. “En un mundo donde las crisis parecen multiplicarse y crecer más y más, hay que intervenir antes de que esto sea demasiado grave”.

Unos 180.000 migrantes africanos han llegado ya este año a Europa, explica el coordinador humanitario de Naciones Unidas para el Sahel, es decir el mismo número de migrantes, de todos los orígenes, que alcanzaron el continente europeo en 2014.

Unos sesenta dirigentes africanos y europeos, entre ellos numerosos jefes de Estados, deben reunirse el miércoles y el jueves en la capital de Malta para abordar “las causas profundas” que empujan a tantos africanos a plantearse únicamente su futuro en Europa.

La Comisión Europea ha propuesto un fondo de 1.800 millones de euros para proyectos de creación de empleo, de lucha contra los efectos del calentamiento global y de desarrollo rural, instando a todos los Estados miembros de la UE a contribuir para duplicar el monto.

La UE espera también presionar a los países africanos para que cooperen con el retorno forzado de sus ciudadanos expulsados de los países europeos.

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