Las niñas habían nacido por cesárea el pasado 9 de febrero en esta ciudad cuando su madre de 26 años, de la vecina provincia de Jiangsu, estaba embarazada de 34 semanas. Tras nacer se les realizó una tomografía en la que se comprobó que estaban conectadas por el hígado y por el estómago.
Luego fueron enviadas a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del hospital para recibir tratamiento y los médicos decidieron esperar al mejor momento de la cirugía, cuando tuvieran tres meses de edad y un peso combinado de 10 kilogramos.
A principios de mayo, las gemelas pesaban 11 kilos entre las dos y habían registrado un índice de crecimiento normal por lo que se decidió hacer la operación.
Con la ayuda de la tecnología de imagen tridimensional, las niñas fueron separadas en una cirugía que se realizó en el Hospital Infantil de la Universidad de Fudan.
Los casos de gemelos unidos tienen una incidencia global de uno por cada 200.000 nacidos, y la mayoría de ellos están conectados por el pecho y el vientre.
Alrededor de la mitad de los siameses no llegan a nacer, un 20 por ciento fallece un día después del alumbramiento y sólo alrededor del 30 por ciento de los casos sobreviven.
En este caso, la deformidad se detectó en un hospital de Jiangsu cuando la madre tenía 22 semanas de embarazo y, mientras que médicos locales sugirieron un aborto, la madre insistió en visitar un hospital en Shanghái.
Después de las pruebas en esta ciudad los médicos creyeron que las gemelas tendrían posibilidades de supervivencia con una cirugía de separación hepática.