La Mesa Directora de la Cámara alta rechazó en una nota la decisión “monocrática” que tomó el lunes el magistrado Marco Aurelio Mello e informó que aguardará a que el plenario del máximo tribunal, de 11 integrantes, se manifieste al respecto antes de suspender a Calheiros.
“Apartar a nueve días del fin de su mandato al presidente del Senado Federal, jefe de uno de los Poderes, por una decisión monocrática... la democracia, incluso en Brasil, no merece ese fin”, declaró el propio Calheiros en una breve conferencia de prensa tras una reunión de varias horas con miembros de la Mesa Directora y líderes partidarios.
El juez Mello aceptó una medida cautelar presentada por el partido de oposición Rede en la que sostiene que una persona que enfrenta un proceso judicial, como Calheiros, no puede mantenerse en la línea de sucesión presidencial.
El Supremo Tribunal Federal (STF) decidió la semana pasada juzgar a Calheiros por peculado, acusado de desviar dinero público para pagar una pensión alimentaria de una hija nacida de una relación extramarital.
La causa remonta a 2007 y es el primer proceso que el STF abre en contra del poderoso legislador de la docena de investigaciones que enfrenta, muchas de ellas relacionadas al proceso sobre la enorme red de corrupción en Petrobras.
Los demás jueces del STF analizarán el miércoles si mantienen o revierten la suspensión decidida por Mello, confirmó la corte suprema.
A través de sus abogados, el Senado ya había rechazado más temprano este martes la medida cautelar alegando que viola “la separación de poderes” y representa “un enorme riesgo para la marcha normal de los trabajos legislativos”.
Calheiros, del partido PMDB del presidente conservador Michel Temer, ha sido un aliado clave para que un plan económico del gobierno, que busca recortar los gastos del Estado, avance a todo vapor en el Congreso.
En vísperas de su receso de verano, el Senado todavía tiene en su agenda votaciones cruciales para el plan de ajuste, como el voto final el próximo martes de la enmienda constitucional para congelar el gasto público durante los próximos 20 años.
La propuesta ya fue aprobada por los diputados en dos votaciones y aún debe superar una votación más en el Senado.
Los planes del gobierno de acelerar las reformas podrían complicarse si Calheiros es finalmente separado de su cargo de presidente.
Viejo “cacique” de la política brasileña y elegido senador por primera vez en 1994, ha sido designado cuatro veces como presidente del Senado, desde donde siempre ha sido un interlocutor de primera línea en las esferas de poder.
Hasta ahora, ninguno de los escándalos que le rodearon a lo largo de su carrera le impidió ser reelecto y volver a ocupar el sillón principal de la Cámara alta.
Pero a principios de noviembre, seis de los 11 jueces de la Corte Suprema votaron a favor de prohibir que políticos procesados pudiesen figurar en la línea de sucesión a la presidencia de la República. La votación no fue concluida porque uno de los jueces pidió más tiempo para analizar el caso.
El magistrado Mello consideró, sin embargo, que esa mayoría “absoluta ya formada” era suficiente para aceptar la medida cautelar contra Calheiros hasta que se concluya la votación.
El presidente del Senado es señalado como uno de los principales promotores de una “guerra” entre los poderes de la República.
Mientras los legisladores denuncian abusos por parte del Poder Judicial -que tiene a muchos de ellos bajo la mira por corrupción- jueces y magistrados aseguran que el Legislativo intenta cercenar su trabajo creando normas para intimidarlos.
La presidenta del STF, Carmen Lucia, negó sin embargo este martes que exista ese enfrentamiento.
“Los poderes actúan de forma armónica”, aseguró. “No veo motivos para cualquier tipo de retaliación (represalia, ndlr), no creo que quienes detentan un cargo público piensen así”, añadió la presidenta de la máxima corte del país.
La suspensión de Calheiros es el capítulo más reciente de la turbulenta política brasileña, que este año de crisis derivó en la destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff; en la caída del artífice de su impeachment, el ultraconservador presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, procesado y detenido por ocultar cuentas bancarias en Suiza; y en la renuncia de seis ministros de Temer desde que asumió el poder en mayo.