Se intensifican los rumores sobre la muerte del presidente de Uzbekistán

MOSCÚ. El presidente de Uzbekistán, Islam Karímov, de 78 años, hospitalizado por un supuesto derrame cerebral este fin de semana, ha muerto, según informaciones de medios opositores al régimen de Taskent.

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La agencia de información centroasiática Fergana.ru informó anoche de la supuesta muerte del líder uzbeko, que con 27 años en el poder es el mandatario con más tiempo al frente de una república ex soviética.

El redactor jefe del medio, Daniil Kislov, se reafirmó hoy en la credibilidad de sus fuentes, según las cuales Karímov falleció ayer a las 15:35 hora local (08:35 hora paraguaya).

“Lo anunciarán sólo después de que los chacales, la gente de la elite y el entorno más próximo a Islam Abduganíevich (patronímico de Karímov) se repartan entre ellos el poder”, dijo Kislov al diario digital ruso Life.ru. También el diario ruso Gazeta.ru da por muerto a Karímov, citando a un experto en Asia Central con fuentes en el entorno del líder uzbeko.

La última vez que se vio al mandatario uzbeko en público fue en la televisión estatal, el pasado 17 de agosto. Otra fuente en Taskent consultada por la agencia rusa Interfax desmintió los rumores y aseguró que Karímov sigue vivo y que “los médicos califican su estado de salud de estable”.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que “las informaciones (sobre la muerte del líder uzbeko) no han sido confirmadas”, pero al mismo tiempo aseguró que en Moscú no manejan “nuevos detalles” sobre su salud.

Los expertos en Asia Central destacan que, en más de un cuarto de siglo que lleva en el poder Karímov, ésta es la primera vez que las autoridades del país han informado sobre su estado de salud.

“El 1 de septiembre se celebra el Día de la Independencia y habitualmente el presidente acude a todos los actos protocolarios. Parece obvio que el anuncio se ha hecho para que su ausencia no se tome como algo extraordinario. Todo indica que el problema es serio”, advirtió Andréi Grozin, especializado en la región.

El Movimiento Popular de Uzbekistán (MPU), una organización política que agrupa diversas facciones opositoras, aseguró en su web que en lugar de un derrame cerebral Karímov sufrió un infarto tras celebrar con el equipo olímpico uzbeko su exitosa participación en las Olimpiadas de Río de Janeiro, donde ganaron cuatro oros.

En esa fiesta, celebrada el viernes en la residencia presidencial, el líder uzbeko bebió y comió más de la cuenta, excesos que le provocaron un infarto, según esa fuente. El MPU ya informó en su día de otro infarto que había sufrido Karímov en 2013 y de un coma el año pasado.

A falta de información oficial sobre el estado de salud de Karímov, su hija menor, Lola Karímova-Tilláeva, informó ayer de que su padre estaba ingresado en una unidad de cuidados intensivos tras sufrir un derrame cerebral. Mientras, los analistas políticos ya hacen quinielas sobre los candidatos a suceder al jefe del Estado uzbeko, que durante su mandato eliminó a la oposición y aplastó al integrismo islámico.

El favorito parece ser el primer ministro Shavkat Mirziáyev, al frente del Gobierno desde hace doce años, pero tampoco se descarta a Rustam Inoyátov, jefe del Servicio Nacional de Seguridad (antiguo KGB) , y Rustam Azímov, ministro de Finanzas y número dos en el Ejecutivo.

En marzo de 2015, el mandatario uzbeko ganó sus cuartas elecciones presidenciales con más del 90 por ciento de los votos, en un proceso electoral criticado por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

Karímov se convirtió en 1989 en líder de Uzbekistán, entonces una de las quince repúblicas soviéticas, y tras la independencia siguió en el cargo.

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