“ Es posible que seque en marzo. Si continúa así es posible. Por eso es por lo que estamos cerrando los grifos ” , declaró al canal Globo el presidente de la Compañía de Saneamiento Básico de Sao Paulo (Sabesp) , Jerson Kelman.
El pasado 9 de enero, cuando asumió el cargo, Kelman advirtió: “ es necesario estar preparado para lo peor ” .
El sistema Cantareira, que abastece unas 6,5 millones de personas o sea una tercera parte de la población de la región metropolitana, opera con la segunda cota del llamado “ volumen muerto ” , una reserva técnica que está en el 6,4 % de su capacidad.
Estudios del Ministerio de Ciencia y Tecnología indican que si se mantienen los actuales niveles de lluvia, un cálculo que no está garantizado en las previsiones meteorológicas, el sistema que es integrado por varios embalses puede “ sobrevivir ” hasta junio.
Las declaraciones de Kelman fueron casi simultáneas a las del gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, quien por primera vez admitió hoy que la capital regional y varios municipios pasan por racionamiento de agua y lo atribuyó a que la reguladora nacional ordenó reducir la presión utilizada para el suministro.
Con la admisión del racionamiento, la Justicia podrá autorizar nuevamente el cobro de multas por el exceso de consumo, como lo habían decretado las autoridades, pero que fue suspendida porque para ser efectiva tenía que haber un reconocimiento oficial por parte del Gobierno regional.
Sao Paulo sufrió en 2014 su peor crisis hídrica desde 1930, con una sequía que disparó la alarma en todos sus reservorios y que obligó al Gobierno regional a adoptar medidas como las de bonificar a los usuarios que reducen el consumo y castigar con multas a los que lo aumentan.
Las lluvias del segundo trimestre del año en el sudeste de Brasil fueron muy inferiores a las esperadas y las precipitaciones registradas a comienzos de 2015 con fuerte intensidad, vientos y tormentas eléctricas, tan sólo han servido para mantener estables los niveles de los reservorios por pocos días.
Las intensas lluvias de verano, con consecuencias graves como la caída de más de 900 árboles en las últimas dos semanas, la muerte de seis personas por causa de los rayos e inundaciones constantes, se han concentrado más en el centro de la ciudad que en las zonas de los embalses.