En el documento, entregado al nuncio Ivo Scapolo, en Santiago, los adherentes rechazan a Barros como obispo de Osorno indicando que jugó el papel de encubridor de los vejámenes sexuales que cometió Fernando Karadima, expárroco de la iglesia de El Bosque, en la comuna santiaguina de Providencia.
En la carta, los religiosos recuerdan que el sacerdote osornino Peter Kliegel, ya había expuesto esta situación en otra misiva enviada al Vaticano, la cual nunca recibió respuesta.
Además, los cerca de 30 firmantes aseguran que “no podemos sino decirle que un sinnúmero de fieles, sacerdotes y diáconos sufrimos en este momento mucha tribulación, pues no nos sentimos acogidos, menos comprendidos por la jerarquía de nuestra Iglesia”.
En la misiva señalan que “seguimos confundidos e irritados desde el momento del comunicado del nombramiento del Señor Obispo Juan de la Cruz Barros Madrid como obispo para Osorno”.
Afirman que “no nos corresponde meternos en la vida personal” de alguien, pero asimismo indican que tienen “el anhelo y legítimo derecho que nos pastoree un obispo íntegro, testigo de la verdad, con principios morales impecables”.
“Por todo lo que se ha publicado referente al señor Obispo elegido, que no es desmentido por la iglesia en forma enérgica, convincente y pública, solicitamos a usted, Señor Nuncio Apostólico, que procure la renuncia del Obispo Barros como obispo para Osorno”, añaden en la misiva.
A esta carta se suma la que hace unos días enviaron un grupo de 51 parlamentarios la que fue entregada en la embajada de Chile en Roma, en la que pide que el Papa Francisco revierta el nombramiento de Juan Barros.
Barros tuvo que declarar durante la investigación contra Karadima, quien fue hallado culpable en 2011 por el Vaticano de cometer abusos sexuales por lo que lo condenó a una vida de oración y penitencia y a la prohibición perpetua del ejercicio público de cualquier acto del ministerio.
Hace unos días, Juan Carlos Cruz, uno de los feligreses abusados, dijo sobre Barros que éste “hizo todo el trabajo sucio de Fernando Karadima” y lo acusó de amenazas a seminaristas, encubrimiento de abusos sexuales y ruptura de secreto de confesión.