La ley, que entró en vigor esta semana, prohíbe conducir a cualquier persona afectada por “problemas mentales y de comportamiento”, entre los cuales figuran aquellos que tienen que ver con “la identidad de género y las preferencias sexuales”. La lista mencionada en la ley incluye de esa forma los travestis y los transexuales, al igual que los fetichistas, los pedófilos, los exhibicionistas, los voyeurs y los sadomasoquistas.
La ley, que quiere disminuir la cifra de muertos por accidentes de tráfico, ha sido severamente criticada por los defensores de los derechos humanos. “No entiendo porque los fetichistas, pero también los cleptómanos y los transexuales no pueden conducir un automóvil” , opinó en su blog Elena Masiouk, integrante del Consejo de Derechos Humanos ante el Kremlin. “Es una violación de los derechos de los ciudadanos rusos”, denunció.
La asociación de abogados de Rusia por los derechos humanos consideró que la ley “muestra la invasión progresiva de las autoridades en la vida privada”. La ley “contradice de forma flagrante las leyes internacionales y rusas”, indicó la asociación. En Rusia, la homosexualidad fue considerada un crimen hasta 1993 y una enfermedad mental hasta 1999. En 2013, el parlamento adoptó una ley que castiga con multas y años de cárcel cualquier tipo de “propaganda” homosexual ante menores.