“Hoy (...) hago un llamamiento a Kiev a adoptar de inmediato medidas para poner fin al bloqueo económico y de transporte de Donbás (nombre por el que se conocen las regiones ucranianas insurrectas)”, dijo Grizlov a un grupo de periodistas.
El representante ruso afirmó que “se observa una ampliación del bloqueo del transporte” y advirtió de que “este tipo de acciones, que, de hecho, persiguen el aislamiento social y económico (de Donbás), inevitablemente conducen a medidas de respuesta”.
“Donbás no es un enclave ni una isla”, recalcó Grizlov, en alusión a que las milicias de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk controlan un sector de la frontera ruso-ucraniana.
Recalcó que Rusia no puede permitir una “catástrofe humanitaria, social y económica en un territorio con una población más numerosa que la de una serie de países europeos”. Grizlov exigió también a las autoridades ucranianas que garanticen la seguridad y el funcionamiento ininterrumpido de la planta potabilizadora de agua de la ciudad de Donetsk.
“Esta importantísima infraestructura, que da suministro a la gente a ambos lados de la líneas de separación de fuerzas, debe convertirse en el centro de una zona de seguridad de un radio de al menos un kilómetro”, agregó.
Ayer, los líderes prorrusos de Donetsk y Lugansk amenazaron con imponer administraciones externas a las empresas que operan bajo jurisdicción ucraniana en sus territorios en caso de que Ucrania no levante el bloqueo a los suministros de carbón provenientes de las regiones rebeldes.