Cinco días después de un encuentro en Moscú entre los presidentes Nicolás Maduro y Vladimir Putin, cuatro aeronaves aterrizaron en el aeropuerto de Maiquetía, que sirve a Caracas, para las maniobras conjuntas cuya duración no fue precisada.
Se trata de dos bombarderos Tu-160, un avión de transporte An-124 y un avión de pasajeros Il-62, informó el Ejército ruso en Moscú, sin especificar el motivo del desplazamiento.
Sin embargo, al dar la bienvenida al centenar de pilotos y demás personal ruso, el ministro venezolano de Defensa, general Vladimir Padrino López, aseguró que los ejercicios buscan garantizar la defensa de su país frente a amenazas externas.
“Debemos decir al pueblo de Venezuela y al mundo entero que así como estamos cooperando en diversas áreas de desarrollo para ambos pueblos, también nos estamos preparando para defender a Venezuela hasta el último palmo cuando sea necesario”, dijo el ministro junto al alto mando militar.
“Esto lo vamos a hacer con nuestros amigos, porque tenemos amigos en el mundo que defienden las relaciones respetuosas de equilibrio, de altura entre los Estados”, añadió.
Dos de las aeronaves ya habían estado en Venezuela en 2013, recordó en el acto de bienvenida el general Serguéi Ivanovich Kobulash, comandante de aeronaves de larga distancia de las fuerzas aeroespaciales de Rusia.
“Esperamos que el resultado sea el intercambio profundo de experiencias de los pilotos y del personal técnico”, expresó según la traducción de un intérprete.
Padrino definió los ejercicios como “intercambios de vuelos operativos (...) para elevar el nivel de interoperatividad de los sistemas de defensa aeroespacial” de ambos países.
El ministro sostuvo que este despliegue se enmarca en la cooperación binacional, como parte de la cual Rusia ha vendido a Venezuela cientos de millones de dólares en equipamiento militar en los últimos años.
“Que nadie en el mundo tema por la presencia de estos aviones logísticos cazabombarderos estratégicos que han pisado territorio venezolano, nosotros somos constructores de la paz y no de la guerra”, dijo.
No obstante, insistió en que otros países de la región han creado “desequilibrios políticos y militares” frente a los cuales el gobierno venezolano no se puede quedar cruzado de brazos, en alusión a la vecina Colombia, a la que acusa de albergar bases militares estadounidenses.
El domingo, Maduro denunció que Washington –que lo tacha de “dictador"– puso en marcha un plan para derrocarlo con apoyo de Colombia.
“Hoy está en marcha, y lo coordinan directamente desde la Casa Blanca, un intento por perturbar la vida democrática de Venezuela” con “un golpe de Estado”, sostuvo el mandatario, quien asegura haber sido blanco de un atentado con drones el pasado 4 de agosto, tramado por la oposición y los gobiernos de Colombia y Estados Unidos.
El presidente Donald Trump, que ha aplicado sanciones contra el otrora rico país petrolero, devastado por una severa crisis económica, ha dicho que todas las opciones, incluso la militar, están sobre la mesa para que la democracia retorne a Venezuela.
Maduro, quien denuncia continuamente conspiraciones en su contra, se alista para iniciar un segundo período de seis años el próximo 10 de enero, tras ser reelegido en comicios desconocidos por Estados Unidos, la Unión Europea y una docena de países latinoamericanos.
Este nuevo mandato, según expertos, podría profundizar el aislamiento del gobernante socialista, que en los últimos meses reforzó los acercamientos con sus aliados Rusia, China, Irán, Turquía y Corea del Norte.
Para el general Raúl Salazar, ministro de Defensa de Venezuela entre 1999 y 2001, las maniobras aéreas con Rusia “son parte de lo que se llama la guerra psicológica”.
“El propósito es aumentar la percepción de que Venezuela está apoyada por Rusia, China y Bielorrusia, de que tiene el apoyo de una potencia en caso de que otra potencia intente invadir”, comentó a la AFP.
Padrino reveló que hace dos meses también estuvo en Venezuela un grupo de pilotos rusos que combatió en Siria, y anunció la llegada de una “amplia delegación” técnico-militar para la adecuación del equipamiento comprado a Moscú.
A finales de 2016, Venezuela adquirió 24 cazas Sukoi 30 rusos y firmó la compra de 53 helicópteros artillados MI-24 y 100.000 fusiles Kalashnikov, entre otros equipos, lo que Estados Unidos consideró un plan que podía “alimentar una carrera armamentista en la región”.
Caracas también ha adquirido a Rusia misiles Top-MI.