En un comunicado por el cuarto aniversario de la tragedia, la Cancillería rusa afirma que la investigación en torno al derribo del vuelo MH17, que causó la muerte de 298 personas, se basa en datos de “redes sociales, fuentes públicas sin contrastar y la colaboración con los pseudoinvestigadores de la agencia Bellingcat, conocida por sus filtraciones falsas”.
“Rusia mantiene su compromiso con la Resolución 2166 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (que exige una investigación independiente e internacional de lo ocurrido) y sigue dispuesta a colaborar para esclarecer la verdad y responsabilizar a los culpables”, dice la nota.
Un total de 298 pasajeros y tripulantes, entre ellos 196 holandeses, viajaban en el vuelo de Malaysia Airlines entre Amsterdam y Kuala Lumpur cuando este fue derribado por un misil tierra-aire disparado desde una zona del este de Ucrania controlada por las milicias prorrusas.
Horas después de la tragedia, ocurrida el 17 de julio de 2014, Holanda y Australia acusaron a Rusia de implicación en el suceso, algo que Moscú rechazó categóricamente.
Este año, después de que el grupo internacional que investiga la tragedia señalara que el misil utilizado en el derribo pertenecía a una unidad militar rusa, los Gobiernos holandés y australiano volvieron a responsabilizar a Rusia de “participar” en la tragedia.