“Si no se resuelve ese problema, el tratado puede quedar liquidado y está claro que la culpa será de Estados Unidos”, dijo en rueda de prensa Vladímir Yermakov, director para el Desarme y No Proliferación de la Cancillería rusa.
Rusia considera que el despliegue de armamento estratégico en Rumanía y pronto en Polonia como parte del escudo antimisiles estadounidense viola el tratado firmado en 1987.
Yermakov recordó que las lanzaderas desplegadas en esos dos países por EE.UU. también pueden ser usadas para lanzar misiles de carácter ofensivo, como es el caso de los “Tomahawk”, con un alcance superior a los 500 kilómetros.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha denunciado que los misiles anticohetes del escudo estadounidense se cargan en las “las cápsulas que llegan de barcos que se usan para el lanzamiento de los 'Tomahawk'”. “Así, en cualquier momento pueden cambiar sus anticohetes por los 'Tomahawk'”, ha denunciado el jefe del Kremlin, que considera el escudo antimisiles como la principal amenaza para la seguridad de Rusia.
Dado que el tratado INF prohíbe misiles convencionales y nucleares con alcances entre los 500 y 5.500 kilómetros, el despliegue de lanzaderas capaces de disparar ese tipo de proyectiles viola el documento.
También Washington acusa a Moscú de violar el histórico acuerdo firmado por el entonces presidente de EE.UU., Ronald Reagan, y el último líder de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov. EE.UU. “no tiene ningún argumento” para sustentar sus acusaciones en ese sentido, subrayó Yermakov.
Al mismo tiempo, el diplomático ruso advirtió a EE.UU. contra sus “intentos de lograr por todos los medios la hegemonía en el espacio”. El despliegue de armamento en el espacio, recalcó, amenaza al mundo con una nueva carrera armamentística.