“En breve tendremos que tomar una decisión sobre si se prolongan o no las medidas de respuesta. Es evidente, y lo puedo decir con toda claridad, que nuestras acciones será equivalentes y se basarán en los pasos que den nuestros socios”, dijo Medvédev a la prensa rusa.
Reconoció que Moscú y Occidente viven una crisis en sus relaciones, entre otras cosas debido a la diferente interpretación del derecho internacional. Por eso, instó a toda la comunidad internacional a ponerse de acuerdo a la hora de respetar al unísono la carta fundacional de la ONU y los convenios de defensa de los derechos humanos En su opinión, “sobre esa base hay que restablecer la confianza en los principios del derecho internacional universalmente aceptados”.
Rusia impuso en julio de 2014 un embargo a los productos perecederos occidentales, desde carnes a lácteos, verduras o frutas, en respuesta a las sanciones decretadas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) por la crisis ucraniana. Algunos países occidentales han sufrido grandes pérdidas económicas debido al embargo ruso, pero la UE ha vinculado directamente el levantamiento de las sanciones al cumplimiento de los acuerdos de paz de Minsk sobre Ucrania, cuyos aspectos políticos están estancados.