La ciudad puerto de Sabetta y la planta de licuefacción de gas natural Yamal LNG -inaugurada la semana pasada por el presidente ruso, Vladímir Putin- se han construido sobre uno de los yacimientos de gas más ricos del mundo, en plena tundra y a orillas del océano Glacial Ártico.
Pero quizás el logro mayor del ambicioso proyecto, aparte de abrir al comercio ingentes reservas de combustible hasta ahora sin aprovechar, es el impulso a la incipiente ruta marítima ártica, una alternativa a la tradicional travesía por el canal de Suez que puede revolucionar el transporte mundial de mercancías.
El calentamiento global ha reducido considerablemente el grosor de las capas de hielo que cubren el extenso litoral ártico de Rusia -desde el mar de Barents hasta el mar de Chukotka- y ha permitido abrir una ruta marítima un tercio más corta que la del canal de Suez.
Un barco tiene que recorrer 10.600 kilómetros para llegar por el norte desde la ciudad rusa de Múrmansk (mar de Barents, cerca de la frontera con Noruega y Finlandia) al puerto chino de Shanghái, mientras que si opta por cruzar el Suez necesita surcar 17.700 kilómetros.
“Ahora mismo, la ruta marítima ártica ya puede funcionar durante seis o siete meses al año”, dijo el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en la ceremonia de inauguración de Yamal LNG. Apretó un botón virtual, y el gas natural licuado (GNL) empezó a bombear a los tanques del primer metanero rompehielos del mundo, el Arc7 Christophe de Margerie, que horas después partió del puerto de Sabetta, en el mar glacial de Kara.
En esta ocasión se dirigió al oeste, en dirección a un puerto holandés en el mar del Norte, pero a partir de julio y hasta diciembre, el Christophe de Margerie y otros rompehielos de su clase -que engrosarán para entonces la flota de Yamal LNG- viajarán directamente al este, a los puertos de China, Japón y Corea del Sur.
Recorrerán en sólo cinco días la distancia entre Sabetta y el estrecho de Bering, y tardarán otra semana en llegar hasta Japón, mientras que la ruta occidental al mismo destino requiere el doble de tiempo.
Más del 95 por ciento del GNL que producirá a partir de 2019 la planta de Sabetta ya ha sido contratado por clientes de la región del Asia-Pacífico, un aliciente para acelerar los planes de Rusia de construir un revolucionario rompehielos capaz de navegar por la ruta ártica durante todo el año.
“Una flota de rompehielos de esa clase permitirá poner en marcha suministros (por la ruta oriental) durante todo el año”, subrayó Putin, en una clara señal a su Gobierno de que el proyecto del rompehielos atómico Líder debe avanzar a mayor velocidad.
Actualmente, los rompehielos rusos pueden viajar todo el año desde Sabetta en dirección al oeste, porque a partir del mar de Kara hacia el este los hielos dificultan enormemente o imposibilitan la navegación.
Si el Christophe de Margerie puede navegar con temperaturas de hasta 52 grados centígrados bajo cero a través de capas de hielo de hasta 2,1 metros de grosor, los rompehielos Líder podrán romper capas de hielo superiores a los cuatro metros a una velocidad sostenida de entre 1,5 y 2 nudos marítimos.
El viceprimer ministro ruso Dmitri Rogozin explicó estos días que Rusia necesita al menos tres barcos de esa clase para dar sentido a la ruta ártica y adelantó que la financiación del proyecto aparecerá muy pronto en los presupuestos del programa para el desarrollo del Ártico.
Ese programa también prevé la construcción de nuevos puertos en la costa ártica, donde los buques podrán abastecerse y atracar en caso de accidente.
Según algunos expertos, el progresivo deshielo que se debe al ascenso de las temperaturas conducirá a que hacia 2040 el océano Glaciar Ártico podría quedar totalmente despejado en verano, lo que permitirá prescindir de los rompehielos durante esa época de año.