“Esta histeria, que ha durado dos años en torno a la supuesta interferencia rusa que nunca tuvo lugar, no solo socava las relaciones bilaterales, sino que ridiculiza a todo el sistema político estadounidense”, declaró la portavoz de la diplomacia rusa, Maria Zajarova, en una conferencia de prensa.
El jueves Washington acusó a Rusia de llevar a cabo una campaña “generalizada” para influir en las elecciones legislativas de noviembre. “Continuamos viendo una amplia campaña de mensajes de Rusia para debilitar y dividir Estados Unidos”, dijo el director de Inteligencia Nacional Dan Coats.
Las presuntas interferencias rusas durante la campaña electoral de 2016 llevaron al secretario de Justicia a nombrar a un fiscal especial para investigar esas acciones ilegales, incluida una posible colusión entre el equipo de campaña de Donald Trump y autoridades de Rusia.