La organización lamentó que “la espiral de violencia” contra los reporteros del país “parece no tener fin”.
“Con estos asesinatos de periodistas, el 7° y el 8° desde el inicio del año, México confirma su reputación de ser el país más peligroso de occidente para ejercer la profesión periodística”, deploró Reporteros Sin Fronteras (RSF) en un comunicado.
Elidio Ramos Zárate, quien trabajaba en la sección policial del diario El Sur, fue asesinado el domingo en Oaxaca en el marco de los confusos enfrentamientos con armas de fuego que siguieron a las manifestaciones y bloqueos de carreteras que realizaron miles de maestros que se oponen a la reforma educativa que promulgó el presidente Enrique Peña Nieto en 2013.
Ese día Ramos Zárate y una persona que se hallaba cerca de él fueron asesinados a balazos en el poblado de Juchitán, aparentemente por dos desconocidos, poco después de que el reportero grabara imágenes de un saqueo a una tienda y del incendio de dos autobuses con el que los manifestantes bloqueaban una carretera. Otras 8 personas murieron y más de 100 resultaron heridas en Asunción Nochixtlán, otro poblado de Oaxaca.
Por otro lado, Zamira Esther Bautista, periodista independiente de 44 años y excorresponsal de los periódicos La Verdad y El Mercurio, fue hallada sin vida el lunes luego de que aparentemente un grupo armado la asesinara cuando se aprestaba a encender un vehículo para dirigirse a su trabajo en Ciudad Victoria, Tamaulipas.
La organización con sede en París pide a las autoridades mexicanas “investigar de forma exhaustiva” estos casos y, sobre todo, “a no descartar que el móvil del crimen pudo estar relacionado con su profesión”, señaló Emmanuel Colombié, responsable del Despacho América Latina de RSF.
La jefa de información del diario El Sur relató a RSF que Ramos Zárate dijo haber recibido amenazas inmediatamente después de cubrir los bloqueos. México es considerado uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo.
Según cifras de RSF, más de 90 reporteros han sido asesinados y al menos 17 están desaparecidos en México desde el año 2000.