El gobierno de Nicolás Maduro ha tomado distintas medidas que censuran el libre ejercicio periodístico en medio de la grave crisis política y económica del país.
“Estamos muy preocupados (...) Desde hace mucho tiempo, y acompañando ahora la crisis en Venezuela, observamos que hay un control fuerte de la circulación de información por parte del gobierno de Nicolás Maduro, que no tolera las críticas”, dijo este miércoles el director para América Latina de RSF, Emmanuel Colombié, al presentar el informe anual para la región en Río de Janeiro.
Colombié denunció que el trabajo de los periodistas en las recientes manifestaciones opositoras para pedir elecciones generales se ha vuelto “cada vez más complicado, con arrestos arbitrarios” y agresiones.
En estas protestas multitudinarias, que vienen prolongándose desde hace un mes y en las que se han registrado una treintena de muertos, fueron detenidos 14 periodistas y otros 106 fueron agredidos, según cifras del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Prensa (SNTP) de Venezuela.
Reporteros Sin Fronteras también lamenta el momento “delicado” que vive la prensa extranjera en el país petrolero, después de que “muchos periodistas fueran expulsados” si no tenían una visa –de difícil acceso– que desde hace un tiempo exige el Gobierno venezolano para poder reportear en el país.
El director de RSF recordó, por ejemplo, la detención de dos periodistas franceses de la agencia CAPA el pasado 11 de abril, que fueron liberados nueve días después sin que el Gobierno explicara las razones de su arresto.
“El gobierno de Maduro tiene varias maneras de censurar a la prensa opositora”, lamentó Colombié al recordar la falta de papel que ha afectado a diarios críticos como El Nacional o cómo el Servicio de inteligencia venezolano, el Sebin, “vigila a los periodistas, sobre todo de oposición”.
Venezuela ocupa en 2017 el puesto 137 del ranking anual de libertad de expresión que elabora Reporteros Sin Fronteras, donde en el peor puesto –el 180– figura Corea del Norte y el mejor Noruega.