“Nuestra comunicación mediante Internet ofrece posibilidades fantásticas, pero no ofrece automáticamente una ventana abierta al mundo. A menudo, resulta difícil distinguir los hechos de las invenciones”, afirmó el monarca.
En ese sentido, aseguró que los matices y la empatía “parecen sufrir de antemano” y que Twitter a veces hace el debate “amargo”. “Cada vez más personas prefieren mantener sus puertas digitales cerradas y tomar nota solo de las ideas que confirman su sentimiento grupal y su opinión”, añadió el jefe de Estado neerlandés durante su alocución navideña, que tuvo una duración de seis minutos.
Guillermo Alejandro, que accedió al trono en 2013 tras la abdicación de su madre, la reina Beatriz, recalcó las dificultades actuales para conocer y relacionarse con otras personas. “Los lugares donde gente muy diferente se ha reunido tradicionalmente -la iglesia, la oficina, las cafeterías, los clubes deportivos, las escuelas- pierden esa función de conexión cada vez más. Quizá solo el hospital es todavía un lugar donde te pones en contacto con personas de diferente origen y modo de vida”, reflexionó.
El rey, que en 2017 cumplió 50 años, también recordó los efectos del huracán Irma en las islas caribeñas de San Martín, Saba y San Eustaquio, pertenecientes a los Países Bajos, así como los momentos de dolor y pérdida, después de que en verano falleciera el padre de la reina Máxima, Jorge Zorreguieta, ministro de Agricultura y Ganadería durante la dictadura militar argentina (1976-1983).