“Estoy feliz de regresar” , dijo a sus tropas y a miles de espectadores encantados de dar un salto en el tiempo, el doble de Napoleón, Frank Sanson, un abogado parisino que encarna al histórico personaje desde hace diez años.
Tras diez meses de exilio en el isla mediterránea de Elba, el emperador llegó discretamente con 1.200 hombres a esta playa desierta el 1 de marzo de 1815, tras una travesía de tres días sin ser visto por los navíos ingleses.
Se dice que en la época, desembarcó a hombros de un marino. En una reinterpretación de la historia, este domingo llegó a pie a un pontón, esperado por el fiel general Bertrand, gran mariscal de campo, en uniforme rojo amaranto y bordados de plata y un bicornio adornado con plumas de avestruz.
“La victoria se hará a paso de carga, de águila, con los colores nacionales, volará de campanario en campanario, hasta las torres de Notre-Dame” , proclama Napoleón a su ejército, que le aclama. “¡Seréis los libertadores de la patria!” .
La reconstrucción del domingo era la primera de una serie de 200 conmemoraciones que concluirán en junio en Bélgica con fastuosas ceremonias con el bicentenario de la batalla de Waterloo, que supuso su derrota definitiva.
A caballo, una decena de caballeros figurantes de la Guardia Imperial empiezan el lunes la subida de los Alpes para llegar en siete días a Grenoble (centro-este) por la “Ruta Napoleón” , que recorrió el emperador en su reconquista del poder en 1815.
Este recorrido fue instaurado en 1932, creando la primera ruta turística en Francia, jalonada por placas históricas y estatuas que marcan el paso.
Tras su regreso de Elba, Napoleón hizo una entrada triunfal en París el 20 de marzo de 1815. En el camino se sumaron otros soldados nostálgicos. Recuperó el poder “Cien días” hasta su última derrota en Waterloo.