Régimen sirio y Rusia amenazan a últimos rebeldes de Guta Oriental

DAMASCO. Cientos de rebeldes y civiles abandonaban Guta Oriental, donde el régimen sirio y su aliado ruso impusieron acuerdos de evacuaciones y amenazan ahora con nuevos bombardeos para reconquistar el último reducto en manos de los insurgentes.

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Las tropas del régimen lanzaron una ofensiva el 18 de febrero respaldada por Rusia y milicias leales que les permitió tomar en seis semanas el control de más del 90% del enclave. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), más de 1.600 civiles murieron en estos ataques.

Derrotados militarmente, diversos movimientos rebeldes aceptaron abandonar sus posiciones en Guta Oriental y replegarse a Idlib, provincia del noroeste de Siria que escapa al control de Damasco. Hasta ahora dos grupos rebeldes aceptaron los acuerdos de evacuación apadrinados por Moscú, pero aún hay dudas sobre un tercer grupo y última zona rebelde, la que rodea Duma, la ciudad más importante de la región, controlada por Jaish al Islam.

En total más de 17.000 personas —combatientes junto a sus familias, pero también otros civiles— dejaron Guta Oriental en dirección del noroeste sirio para instalarse en esos territorios rebeldes. El proceso de evacuación se repite cada vez.

Los combatientes, sin la mayoría de sus armas, así como los civiles cargando sus efectos personales, se reúnen en un punto de evacuación y suben a los autobuses. Luego de varias horas de espera en las que son sometidos a inspecciones supervisadas por soldados rusos, el convoy puede partir.

La operación proseguía el martes en el zona sur de Guta, controlada por el grupo islamista Faylaq al Rahman. Más de 2.600 personas, entre ellas 620 combatientes, subieron a bordo de unos 40 buses, según la agencia oficial siria SANA.

Damasco y su aliado ruso quieren imponer el mismo final a Duma. El diario prorrégimen Al Watan, que cita una fuerza militar, aseguró el martes que “todas las fuerzas desplegadas en Guta Oriental se dirigen hacia Duma en previsión de una vasta operación militar si los terroristas de Jaish al Islam no aceptan ceder la ciudad e irse”.

En un primer momento, el OSDH aseguró que las negociaciones tenían que permitir que Jaish al Islam se quedara en Duma. El grupo aceptaría desarmarse y el despliegue de la policía militar rusa a cambio de asegurarse de que la tropas sirias no ingresen en Duma, según el OSDH. Pero Moscú reclama ahora la salida de los rebeldes, según fuentes de la oposición.

“Los rusos no quieren en Duma un acuerdo que sea diferente de los otros sectores de Guta”, precisó una de las fuentes.

En una reunión que tuvo lugar el lunes, los rusos dieron a los rebeldes “un plazo de 48 horas para entregar las armas e irse”, y amenazaron con un asalto militar si no lo hacían, según una de las fuentes. El miércoles está prevista una nueva reunión entre los negociadores, según el portavoz de Jaish al Islam, Hamza Bayraqdar, quien denunció la “guerra psicológica del régimen y sus aliados”.

La táctica que el presidente Bashar al Asad utilizó permitió al régimen recuperar gran parte del territorio sirio. Consiste en rodear militarmente un sector, bombardearlo y lanzar una operación terrestre para incitar a los rebeldes a sellar un acuerdo de evacuación.

Damasco se sitúa al alcance de los morteros disparados desde la zona de Guta Oriental. Los rebeldes dispararon regularmente cohetes hacia la capital siria. El régimen sitió la zona en 2013, en donde vivían unas 400.000 personas antes de comenzada la ofensiva, dificultando la llegada de alimentos y medicinas.

El OSDH indicó que documentó la detención de más de 40 hombres y jóvenes por las tropas sirias los últimos días en la zonas capturadas. Los devastadores bombardeos y disparos de artillería dejaron en ruinas gran parte de Guta, por lo que los habitantes se vieron obligados a huir.

Unas 110.000 personas huyeron hacia las zonas controladas por el régimen, la mayoría a pie utilizando los corredores humanitarios dispuestos por Damasco y su aliado ruso, según la prensa estatal siria. La ONU indicó que de ese grupo unas 55.000 personas están albergadas de manera muy precaria en refugios improvisados por el gobierno sirio.

La guerra en Siria comenzada luego de la represión de manifestantes en 2011, dejó más de 350.000 muertos y con el tiempo se volvió más compleja con múltiples actores interviniendo en el terreno. Las provincias de Idlib (noroeste) y Deraa (sur), en donde rebeldes y yihadistas están presentes, escapan aún al control de Bashar al Asad, así como una región del noreste controlada por los kurdos.

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