Unos 900 refugiados han expresado a las autoridades australianas su interés en acogerse al plan que Australia y EEUU acordaron a principios de mes para reubicar en este segundo país a los refugiados internados en Nauru a los que se concede asilo político. Pero varios de ellos, en especial hombres musulmanes, aseguraron a un equipo de la televisión Sky News no tener interés en ir a EEUU y que en este caso prefieren quedarse en Nauru.
“ El presidente electo, Donald Trump, no quiere musulmanes en su país como inmigrantes ” , dijo a la televisión Aziz Khan, de la minoría musulmana rohingya, perseguida en Birmania. Las autoridades de Nauru han expresado su preocupación por un posible brote de violencia y actos de autolesión entre los solicitantes de asilo cuando empiece a implementarse el acuerdo.
Hasta el 31 de octubre había 872 inmigrantes en el centro de la isla Manus, en Papúa Nueva Guinea, y 390 en Nauru, entre ellos hombres, mujeres y niños de países en conflicto como Irak, Siria o Somalia. Australia negocia con Nauru un visado de 20 años en el país del Pacífico para aquellas personas que no sean aceptadas por Estados Unidos o decidan no acogerse a la oferta.
Australia utiliza desde 2012 los centros de Manus y Nauru para tramitar las solicitudes de asilo de inmigrantes interceptados en alta mar en barcos irregulares que tratan de llegar a sus costas, pero en el caso de aceptarlas los reubica en terceros países.
A mediados de 2013, Australia aprobó una ley por la cual los solicitantes de asilo y refugiados no serán reubicados en su territorio y en la actualidad considera radicalizar la medida al intentar prohibirles la entrada de por vida.
En 2014, Australia firmó un acuerdo con Camboya para reubicar a estos refugiados en el país asiático durante cuatro años a cambio 40 millones de dólares (37,7 millones de euros) . A la propuesta se apuntaron cinco de los inmigrantes recluidos en Nauru pero cuatro de ellos regresaron a su país de origen poco después.