Afganistán lidera la lista de países de mayor riesgo para los cooperantes, con 81 muertes en 2013, de acuerdo a investigaciones del grupo consultor Humanitarian Outcomes.
En todo el mundo 155 trabajadores de ONGs fueron asesinados, 171 heridos de gravedad y 134 fueron víctimas de secuestros en 2013. Tres cuartos de los afectados estaban en Afganistán, Siria, Sudán del Sur, Pakistán y Sudán.
Las cifras suponen un aumento en un 66% en el número de víctimas cooperantes respecto a 2012.
Datos correspondientes a los primeros siete meses de este año sugieren que los niveles de peligro siguen siendo altos, con 79 trabajadores humanitarios muertos, cantidad que ya supera la registrada en 2012.
La legislación internacional considera los ataques contra cooperantes un crimen de guerra.
No obstante, en su reporte Humanitarian Outcomes detectó 251 incidentes violentos contra trabajadores de ONGs en 2013, más de la mitad de ellos en emboscadas o ataques de carretera.
Este mes seis trabajadores humanitarios fueron asesinados en Sudán del Sur, y un total de 11 empleados de Naciones Unidas fallecieron durante la ofensiva contra la Franja de Gaza.
Durante una sesión especial organizada con el Consejo de Seguridad de la ONU para hallar formas de proteger a los cooperantes se denunció que organizaciones están poniendo en peligro, a veces de forma temeraria, a personal contratado localmente.
“El personal local tiene más responsabilidades en el acceso a áreas peligrosas, mientras el personal internacional se queda en complejos seguros”, denunció Masood Karokhail, de la ONG The Liaison Office de Kabul, un grupo establecido en 2003.