“Cuatro ciudadanos murieron y otros fueron heridos en un atentado terrorista con coche bomba en el aparcamiento del hospital de Qardaha”, indicó la cadena. El término “terrorista” es el empleado por el régimen para designar a los rebeldes.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una explosión mató a “dos soldados, una enfermera y un empleado del hospital”.
“Un hombre entró en el aparcamiento del hospital de Qardaha al volante de una ambulancia repleta de explosivos. Otro hombre iba con él, pero se ignora si era un cómplice o un rehén”, precisó el OSDH.
Los alrededores de Qardaha han sido atacados recientemente por varios cohetes lanzados por los rebeldes desde la provincia de Lataquia (noroeste), pero es la primera vez que un atentado se produce en el centro de la ciudad.
En Qardaha nació el expresidente sirio Hafez Al Asad, padre del actual jefe de Estado, y allí está enterrado.
El clan Asad ha dirigido Siria con mano de hierro durante más de cuatro décadas. Después de las revueltas populares que comenzaron en 2011, Siria vive sumida en una guerra civil, que ha dejado más de 210.000 muertos y cerca de 10 millones, la mitad de la población, desplazados o refugiados.
El martes, las fuerzas progubernamentales sirias “ejecutaron” al menos a 48 rebeldes y familiares suyos, entre ellos diez niños, durante una ofensiva en la provincia de Alepo (norte) , según informó el sábado el OSDH, calificándolo de “masacre” .
Entre los civiles figuran diez niños y cinco mujeres, según la ONG, que precisa que las víctimas eran de seis familias distintas.
La ofensiva del ejército y sus aliados, entre ellos el Hezbolá libanés, fracasó por el contraataque de los insurgentes. Se saldó con 129 muertos, del lado del régimen, y 116 del lado rebelde. El ejército quería cortar la principal ruta de abastecimiento de los rebeldes, y sobre todo, romper el asedio a dos ciudades chiitas, Nebol y Zahra.
En la misma ciudad de Alepo, los bombardeos aéreos cotidianos sobre los sectores rebeldes dejaron el sábado al menos ocho muertos, según el OSDH. Y en dos barrios leales al régimen, seis civiles murieron por cohetes lanzados por los rebeldes.
En la región rebelde de Guta, al este de Damasco, al menos diez personas murieron en los ataques aéreos del ejército, indicó la ONG.
La ONU afirmó el viernes que los crímenes de guerra han avanzado en Siria de forma “exponencial”.