Tratando de llegar a él, las autoridades excavan un túnel vertical en paralelo al pozo de 25 centímetros de diámetro y más de 100 metros de profundidad donde cayó el pequeño el domingo cuando jugaba cerca de donde sus padres almorzaban en la sierra de Totalán, Andalucía.
Un tapón de piedras y tierra a unos 70 metros de profundidad en el pozo abandonado impide a los rescatistas, entre ellos bomberos, ingenieros y empresarios expertos en excavación, llegar al niño, del que se sospecha se encuentra atrapado bajo ese obstáculo.
La operación contrarreloj, que mantiene en vilo a España, incluye cavar otro túnel en dirección oblicua en la montaña, para intentar llegar a donde se supone está Julen, pero la naturaleza del terreno complica las labores. En el túnel “vertical se está avanzando de una forma de momento sin mayor problemática”, declaró a la prensa el ingeniero Juan López que participa en las labores de búsqueda, pero el otro presenta “problemas”.
Desde el domingo no se han tenido señales de que el niño sigue con vida. Los equipos de rescate encontraron el miércoles pelo del pequeño dentro del pozo, lo que brindó esperanzas de que se esté cerca de hallarlo. El padre de Julen, quien dice que al igual que la madre no pierde las esperanzas de que siga con vida, ha hecho un llamado a no parar “hasta que saquemos al niño de ahí dentro”.
Las autoridades españolas han recibido ofertas de decenas de empresas internacionales para colaborar en la búsqueda, en la que coopera la firma sueca de geolocalización Stockholm Precision Tools AB, que participó en el rescate de los 33 mineros atrapados por 69 días en el norte de Chile en 2010.
La desesperada operación recordó otros dos casos similares anteriores: el de Alfredo Rampi, un niño italiano de seis años que fue hallado muerto tras caer en un pozo cerca de Roma en 1981, o el de Jessica McClure, una bebé de 18 meses rescatada viva en octubre de 1987 tras 57 horas en el fondo de un pozo en Texas.