¿Quiénes son los jóvenes detrás del movimiento contra las armas en EE.UU.?

MIAMI. Unidos, empoderados, motivados y acomodados: así son los jóvenes sobrevivientes del tiroteo en Florida que lideran el movimiento contra las armas #NeverAgain y que tienen la esperanza de impulsar un cambio en los Estados Unidos de Donald Trump.

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Apenas dos días después de la masacre de 17 personas el día de San Valentín, los sobrevivientes de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de la ciudad de Parkland, vecina a Miami, alzaron la voz para exigir a los legisladores un mayor control sobre la venta de armas en Estados Unidos.

Estos “millennials” nacieron en un mundo donde los tiroteos masivos son una amenaza real, crecieron haciendo simulacros para prepararse ante ellos y están hartos de la inacción frente a esta epidemia, dicen expertos.

“Son lo suficientemente jóvenes para ser percibidos como víctimas inocentes, pero lo suficientemente mayores como para poder hablar por sí mismos”, resume Frank McAndrew, profesor de psicología en la Universidad Knox en Illinois. “Están expresando shock, rabia, tristeza y todo un rango de emociones inocentes y crudas, libres de fines partidistas”.

Los líderes son Cameron Kasky, creador del hashtag #NeverAgain; Emma González, quien dio un poderoso discurso acusando a los políticos de estar financiados por la Asociación Nacional del Rifle; David Hogg, que filmó entrevistas a sus compañeros durante el suceso, y Chris Grady, uno de los líderes detrás del usuario @neveragainMSD.

Todos tienen entre 16 y 18 años. Ahora los llamados “chicos de Parkland” organizan una “Marcha por nuestras vidas” el 24 de marzo en Washington -inspirada en la “Marcha de las mujeres” del año pasado-, que suma donaciones de George Clooney, Oprah Winfrey y Steven Spielberg, entre otros.

El martes, Cameron publicó una foto donde aparece con Emma, quien tiene un celular al oído.

“(Dando) entrevistas y eso, ella está al teléfono todo el día y súper ocupada pero estamos trabajando duro, les prometemos”, escribió en Twitter.

En tanto, en todo el país surgen movimientos escolares de apoyo a Parkland, como Student Walkout Against Gun Violence, que organiza protestas de estudiantes contra las armas bajo el usuario @studentswalkout.

“Todo el mundo quiere hacer algo y lograr un cambio en este país”, dice a la AFP la creadora de la cuenta, una estudiante de otra escuela que no quiere identificarse porque afirma que la historia no es ella. “El que no quiere hacer algo es porque no ha visto los videos”, añade la joven de 19 años, refiriéndose a las imágenes que compartieron los estudiantes durante el tiroteo y el asedio.

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Los jóvenes están logrando algo que -según los expertos- no había ocurrido antes: generar un debate que podría tener una resonancia política. El año pasado murieron 58 personas en una masacre en Las Vegas. En 2016 murieron 49 en un bar en Orlando, Florida.

En 2012, 26 personas -entre ellas 20 niños- fueron masacradas en la escuela Sandy Hook en Connecticut. En 2007, 32 estudiantes fallecieron en Virginia. ¿Por qué esta discusión no tuvo antes tanto impacto? ¿Qué caracteriza a los chicos de Parkland?

Según Dana R. Fisher, una socióloga de la Universidad de Maryland que se especializa en estudiar las protestas en Estados Unidos, la “chispa” se encendió con la Marcha de las mujeres. “Uno de los efectos colaterales más interesantes del país de Donald Trump es que todo el mundo está mucho más involucrado políticamente que antes”, dice a la AFP. “La gente está prestando atención”.

La experta compara este movimiento con el #MeToo contra el acoso sexual, ambos inherentes a las redes sociales. Pero #NeverAgain “es más organizado, y además está más enfocado en cambiar una política, en lugar de cambiar mentalidades”, dice Fisher a la AFP. Por el contrario, el movimiento #MeToo no busca un cambio en la legislación, “porque en teoría hay leyes que deberían prohibir a la gente comportarse de esa manera”.

Por otra parte, estos “millennials” están cohesionados. No son los niños de Sandy Hook, que eran muy pequeños para tener voz propia. Tampoco son los clientes aleatorios de un bar, como en Orlando.

“Aquí se trata de un grupo de gente que tenía algo en común”, dice McAndrew, experto en tiroteos masivos. “En muchos otros tiroteos, las víctimas no se conocían entre sí y carecían de la cohesión y del sentido de identidad que comparten los estudiantes de Parkland (...) La familiaridad que ellos tienen entre sí y la facilidad con la cual integran a sus vidas las redes sociales les da una ventaja a la hora de organizarse y comunicarse”.

Otro experto en tiroteos masivos, J. Reid Meloy -profesor de psiquiatría de la Universidad de California en San Diego-, estima además que “estos chicos están acomodados económicamente y por tanto su empoderamiento es real”.

En efecto, la ciudad de Parkland es considerada una de las más seguras de Florida y sus habitantes pertenecen a las clases media y media alta estadounidense. Esto hace que “no estén intimidados por los hombres blancos mayores de la política y del NRA (Asociación Nacional del Rifle)”, añadió Reid Meloy. Y “están cansados de la pasividad que significa ser una víctima potencial”.

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