¿Qué casilla marcas? Algunos estados ofrecen una opción no binaria

BOSTON. Desde que El Martinez comenzó a pedir en su bachillerato que le llamaran con el pronombre neutral en género en inglés they –que traduciremos en español como “elle”–, ha lidiado con expresiones de escepticismo en varias formas.

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También con una multitud de fuentes sobre qué significa identificarse como no binario.

Profesores que fungen como asesores en su grupo de teatro se niegan a usar elle para una persona; sus compañeros de clase en la escuela pública a la que asiste en las afueras de Boston insisten en que Martinez no puede ser “múltiples personas” [they es el pronombre usado para la tercera persona del plural y, en inglés, no tiene marca de género], y quienes comentan en sus redes sociales rechazan las identidades de género no binarias y afirman que andrógino (una combinación de masculino y femenino), agénero (la ausencia de género) y género fluido (quien cambia entre masculino femenino u otros géneros) carecen de fundamentos biológicos.

Aun para los padres de Martinez, que le apoyan, no ha sido fácil concebir al género como una extensión multidimensional. La sugerencia a que se refieran a elle con su pronombre no binario tampoco ha ganado mucha fuerza.

Así que cuando a mediados del año pasado la asamblea estatal de Massachusetts se convirtió en una de las primeras en Estados Unidos en considerar una iniciativa de ley para agregar una opción “X” para personas de género no binario además de “M” (Masculino) y “F” (Femenino) en la licencia de conducir estatal, a Martinez, de 17 años, no le sorprendió tanto como a otros la maniobra para que dicha iniciativa no procediera.

Además de la integradora “X”, el representante republicano James J. Lyons Júnior (él) propuso que la iniciativa debería ser enmendada para ofrecer a los conductores otras veintinueve opciones de género, incluidas pangénero, dos espíritus y queer. En vez de abrir el debate requerido para cada término, los líderes de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, archivaron la medida.

“Lyons (él) articuló una ansiedad que muchas personas, incluso personas de la izquierda, tienen: existe este terreno peligroso de la identidad, y ‘¿Qué tan lejos llegaremos?’”, dijo Ev Evnen (elle), quien dirige la Coalición Política Transgénero de Massachusetts y está a favor de una nueva versión de la propuesta.

A medida que ha surgido el primer gran grupo de estadounidenses que abiertamente no se identifica como solo masculino o solo femenino, sus solicitudes de reconocimiento han sido recibidas con reservas, que a menudo están sujetas por líneas partidistas. Por su parte, algunas personas no binarias sugieren que las preocupaciones sobre autenticidad y la gramática desvían la atención de preguntas más delicadas sobre los límites culturales que existen desde hace mucho tiempo sobre cómo se supone que se debe sentir y expresar el género.

“La identidad de género no binario puede ser complicada”, dijo Evnen, quien tiene 31 años y usa el pronombre elle. “También, representa una amenaza a un orden que mucha gente ha aprendido a navegar”.

Además, con las propuestas para añadir una marca de género no binario a las licencias de conducir –al menos seis legislaturas estadounidenses las discuten–, el concepto de género que muchos adolescentes discuten desde que están en secundaria está bajo escrutinio a una nueva escala.

La ola de propuestas legislativas sobre el género no binario ha generado debates sobre si el extender el reconocimiento legal para una categoría de personas todavía desconocidas para muchos estadounidenses podría socavar el apoyo a otros grupos vulnerables a la discriminación. También ha subrayado la desorientación que puede causar el perder los indicadores de género (como los pronombres, nombres, apariencia y comunicación no verbal) que dan forma a gran parte de la interacción social.

En los últimos meses, los legisladores han buscado (no siempre de forma exitosa) usar “elle” cuando presentan a personas no binarias que acuden a testificar. Los funcionarios han sido instruidos sobre la diferencia entre orientación sexual e identidad de género (el primero es con quién te vas a la cama; el segundo es quién eres cuando te vas a la cama); han recibido peticiones de compasión de parte de padres que han aprendido a usar términos como “mi vástago” en vez de “mi hijo” o “mi hija”, y han escuchado testimonios como el de Kayden Reff (elle), de 15 años, sobre qué se siente que le llamen con pronombres binarios: “[Es] como si me pusieran hielo en la espalda”.

“Siempre he sido un demócrata liberal; estos temas no son extraños para mí”, dijo el representante estatal Michael Winkler (él), de 68 años, de Vernon, Connecticut, quien asistió a una audiencia sobre documentos estatales de identificación de género no binario a principios de año. “Pero todavía soy capaz de aprender”.

Parte de la antipatía hacia las identidades no binarias puede reflejar una brecha generacional. Más de un tercio de estadounidenses que ahora están en sus años de adolescencia o tienen veintitantos años conoce a alguien que usa pronombres de género no binario, de acuerdo con una encuesta reciente del Centro de Investigaciones Pew. Eso significa que tienen más contacto con las personas no binarias que quienes tienen en promedio 30 años; el doble de contacto que quienes tienen 40 años, y el triple de contacto que las personas de entre 50 y 60 años. El 60 por ciento de los adolescentes encuestados le dijo a Pew que se debería incluir más opciones, además de “hombre” y “mujer”, al preguntar sobre el género de una persona.

“Posiblemente se debe a la edad”, dijo Jocelyn Doan (ella), de 39 años, una defensora desde hace mucho tiempo de las causas progresistas en Hawái que luchó por apoyar la propuesta de licencias de género neutral en su estado. “Quiero respetar sus desafíos, pero el uso de ‘they’ para una sola persona me está volviendo loca”.

Los conservadores sociales también han objetado las propuestas, como lo hizo el senador J. B. Jennings (él) de Maryland, quien hizo una distinción en declaraciones públicas entre personas trans que hacen la transición de hombre a mujer o viceversa, y aquellos que se identifican como no binarios. “Ya sea que van hacia un lado o al otro, no están atorados a la mitad del camino”, dijo. Jennings sugirió que la licencia sería imprecisa si mencionaba un género que no fuera masculino o femenino. El Consejo de la Familia de California retomó ese argumento cuando en 2017 ese estado se convirtió en el primero en adoptar documentos de género no binario como ley: “Promueve la falsedad de que ser hombre o mujer o alguien sin género específico es una elección que cada persona se ve obligada a hacer, no un hecho que celebrar y acoger”, dijo Jonathan Keller, presidente del grupo.

Pero otros opositores, como el Frente de Liberación de las Mujeres –un grupo de activistas que ha presentado testimonios sobre las propuestas del llamado Género X en varios estados–, argumentan que fomentar la categoría no binaria dañaría a personas que enfrentan discriminación y violencia precisamente porque nacieron con una anatomía femenina. “Negar la realidad del sexo significa que no somos capaces de nombrar, abordar y resolver la opresión y la explotación sistémicas basada en el sexo”, dijo Kara Dansky (ella) de la división de Maryland del grupo.

Una agencia estatal en Hawái que monitorea el estatus de las mujeres tomó un enfoque opuesto y respaldó una propuesta alterna para una identificación de uso limitado con un marcador sin género que fue presentada además de la propuesta para agregar la “X”.

“El estado no tiene un interés legítimo” en identificar residentes a partir de su género, asegura el testimonio de la agencia. Esa propuesta no avanzó, dijo quien la propuso, el senador estatal Karl Rhoads (él), probablemente porque la ley federal requiere que los viajeros aéreos porten una identificación que incluya un marcador de género, y en un estado insular, “la única manera para llegar a cualquier lado es por vía aérea”.

Las personas que proponen añadir una opción de género neutro a los documentos de identificación estatal afirman que eliminaría una forma de discriminación contra las personas no binarias al brindarles los medios para portar una identificación que coincida con su identidad. Muchos también tienen la esperanza de que aporte legitimidad a un paradigma existente para liberar a personas de todos los géneros de normas sociales profundamente arraigadas que penalizan a las mujeres por ser asertivas y a los hombres por demostrar emociones.

“Lo binario del género es un sistema de control que muchas de las personas no binarias están decididas a destruir, y eso es un paso hacia esa dirección”, dijo Jamie Grace Alexander (elle o ella), estudiante de universidad de 21 años que ayudó a reunir el testimonio para la propuesta de Maryland en nombre de la Alianza Transgénero de Baltimore.

Algunos padres de jóvenes no binarios que testificaron en audiencias reconocieron que entender la identidad de su vástago fue un desafío al principio. “Cariño, no hay manera adecuada de ser una chica”, recuerda Sara Collina (ella), una profesora de Estudios de Género en Takoma Park, Maryland, que dijo cuando su vástago le confió por primera vez que había rechazado el género que le fue asignado cuando nació.

No obstante, varios adolescentes no binarios enfatizaron que no buscaban una manera de ser una chica o un chico que abarcara más que las definiciones convencionales. Su identidad de género era una sensación visceral, dijeron, no una decisión política –que podría conducirlos al ostracismo social–.

“No desearía no ser no binario”, dijo el vástago adolescente (elle) de Collina, que no quiso revelar su nombre. “Pero es más difícil”.

Los académicos dicen que los géneros no binarios han existido a lo largo de la historia y en todas las culturas. Los jóvenes estadounidenses puede que ahora los adopten en mayores números, dicen, porque la visibilidad aumentada de las personas que han hecho la transición de un género binario al otro indica que existen más de dos posiciones que pueden ocupar.

“Tal fluidez necesariamente genera la pregunta universal”, escribió Barbara Risman (ella), una socióloga en la Universidad de Illinois que ha estudiado a los jóvenes no binarios: “¿Por qué nuestras vidas deben ser organizadas por el sistema binario legal y burocrático que relega a todos a una de dos categorías basadas originalmente en genitales observados al momento de nacer?”.

Quizá por la misma inercia generada, las oficinas que emiten las licencias de vehículos motorizados (DMV) en nueve estados añadieron hace poco la opción “X” a las licencias de conducir sin involucrar a sus asambleas.

También muchas otras jurisdicciones, incluidas la ciudad de Nueva York, Óregon, Nueva Jersey y Nuevo México, han empezado a permitir que la gente cambie el género en su acta de nacimiento a “X”. Las principales aerolíneas de Estados Unidos han anunciado que permitirán a los pasajeros identificarse con un género “no revelado” o “indeterminado” cuando compren sus pasajes.

Además, en una decisión que ha sido apelada por el gobierno de Estados Unidos, un juez federal en Colorado determinó que el requerimiento del Departamento de Estado para que se elija “M” o “F” en una solicitud de pasaporte no es un fundamento aceptable para retener un pasaporte a Dana Zzyym (elle), quien estuvo en el ejército y demandó al departamento en 2014 después de que su solicitud para un pasaporte de género neutro fue rechazada. “Esta no es una cuestión de expresión personal; es un formato gubernamental”, argumenta el gobierno.

No obstante, la actual cosecha de propuestas de licencias que incluyan un género neutro, si son aprobadas, equivaldrían a la primera ola de reconocimiento legal para identidades no binarias, afirman expertos legales. “No queríamos que esto fuera solo un cambio administrativo”, dijo Jen Jenkins (elle), una estudiante de Derecho en la Universidad de Hawái que brindó investigación para la propuesta aprobada el mes pasado por la asamblea de Hawái. “Queremos que dure”.

En algunos estados, las propuestas han sido presentadas ante el exhorto de padres que saben que la afirmación social puede reducir el elevado riesgo de suicidio y depresión para menores de edad que no se ajustan a un género.

“La razón era que sus vástagos no sentían que las identidades disponibles reflejaban quiénes eran”, dijo Gerri Cannon (ella), una representante estatal que impulsó la propuesta en Nueva Hampshire después de recibir llamadas de padres preocupados.

Personas jóvenes no binarias también han realizado peticiones para un tercer género en documentos de identidad estatales.

Ed Luiggi (elle), de 17 años y quien preside un club extracurricular para estudiantes con un género no convencional, faltó a la escuela para testificar ante el Comité de Procedimientos Judiciales del Senado de Maryland en Annápolis hace unos meses. “Mi corazón latía y sudaba un poco”, dijo. Fue en la misma audiencia en la que la abogada Lisa Reff (ella) leyó la declaración de su vástago de 15 años, Kayden.

La propuesta de Massachusetts se originó por una carta escrita por El Martinez a sus representantes estatales: “Estoy planeando tomar clases de manejo en otoño y me alegraría mucho tener una opción más neutral”, se leía en la carta. Esta vez, Martinez ha buscado asegurarles a los legisladores que la “X” abarcaría a todos los géneros de no conformidad. “La ‘X’ es un símbolo”, dijo Martinez a miembros del comité de transporte de la asamblea a finales de marzo.

En Hawái y Colorado, las propuestas de licencias con género neutro llegaron hace poco a los escritorios de sus respectivos gobernadores. La de Maryland se convertirá en ley, dijo la semana pasada Larry Hogan, el gobernador republicano de ese estado, sin su firma, y entrará en vigor a partir del 1 de octubre.

Aún se están considerando medidas similares en Nueva Hampshire, Nueva York y Connecticut. La propuesta de Massachusetts fue aprobada por el Senado; ahora es analizada en la Cámara de Representantes.

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