En una nota de la agencia estatal KCNA, primera que alude a ese acercamiento desde que se anunciaran las cumbres hace casi dos semanas, Pyongyang advirtió sobre los supuestos intentos del sector conservador en Estados Unidos y Corea del Sur para “estropear la atmósfera” creada.
No obstante, el régimen norcoreano sigue sin mencionar o anunciar oficialmente los históricos encuentros que reunirán en abril y mayo al líder norcoreano con los presidentes surcoreano y estadounidense para hablar sobre la posible desnuclearización del país.
La de abril es la primera cumbre intercoreana de líderes en 11 años, mientras que la de mayo supondrá la primera vez en la historia en que los máximos mandatarios de Corea del Norte y EE.UU. se ven las caras tras siete décadas de confrontación y 25 años de negociaciones fallidas y tensiones a cuenta del programa nuclear norcoreano.
El texto de KCNA asegura que se ha creado una atmósfera para la reconciliación con Corea del Sur y que hay “una muestra de cambio” en la relación con EE.UU., dos países con los que Corea del Norte sigue técnicamente en guerra, ya que el conflicto que los enfrentó entre 1950 y 1953 concluyó solo con un alto el fuego.
Sin embargo, el régimen acusa a representantes de los Gobiernos de EE.UU. y Japón, y a la oposición conservadora surcoreana, de “distorsionar la verdad” sobre el acercamiento por decir que ha sido posible gracias a la política de presión y sanciones internacionales impuestas sobre Pyongyang como castigo por sus pruebas nucleares.
Pyongyang considera que estos comentarios buscan “estropear la atmósfera” de acercamiento “antes incluso de que los actores implicados hayan tenido tiempo de estudiar las intenciones de su contraparte y de que estén sentados ante la mesa de negociación”.
“Nos gustaría recordar que este es un momento para que todos encaremos la situación con prudencia, autocontrol y paciencia”, reza el texto antes de añadir que la mejora de relaciones intercoreanas no se podría haber logrado sin la “voluntad de lograr la paz” y las “medidas proactivas” adoptadas por el régimen.
Por otro lado, Seúl propuso hoy a Pyongyang celebrar una reunión de alto nivel el próximo 29 de marzo para discutir los detalles de la cumbre de abril entre Moon Jae-in y Kim Jong-un. El escenario deseado por Corea del Sur para esta cita previa es la militarizada frontera entre los dos países, la misma en la que tendrá lugar la reunión -aún sin fecha- de ambos líderes.
El propio Moon se mostró hoy optimista con respecto a su reunión con el mariscal norcoreano y a la que mantendrán también Kim y Trump, ésta sin localización ni fecha fijadas. Moon Jae-in sugirió la posibilidad de que las dos Coreas y EE.UU. podrían celebrar una cumbre trilateral si el resultado de los reuniones de abril y mayo es positivo.
“Una cumbre Corea del Norte-Estados Unidos después de una entre Corea del Sur y el Norte ya es un hecho histórico. Y, dependiendo de los resultados, esto podría conducir a una cumbre trilateral entre Sur, Norte y Estados Unidos”, dijo el mandatario durante una reunión preparatoria en Seúl para su encuentro con Kim.
En este comité preparatorio, el presidente surcoreano instó además a “resolver por completo las trabas para lograr la desnuclearización y el establecimiento de la paz en la península a través de estas próximas conversaciones y de las que vendrán después”.