“El agresor debe comprender que el castigo es inevitable, que será destruido. Y nosotros, como víctimas de una agresión, como mártires, iremos al paraíso. Ellos –los agresores– simplemente morirán, ni siquiera tendrán tiempo de arrepentirse”, dijo Putin durante una conferencia del club Valdai organizada en Sochi (suroeste).
Si se produce una guerra nuclear, Rusia “no puede ser iniciadora de tal catástrofe porque no tenemos un concepto de ataque preventivo”, aclaró el presidente ruso.
“En una situación así, esperamos ser atacados por armas nucleares, pero no las utilizaremos primero”, precisó.
Rusia critica a Estados Unidos su nueva doctrina nuclear adoptada a principios de 2018, calificada de “beligerante” y de “antirrusa”, que pretende principalmente proporcionar a este país nuevas armas nucleares de baja potencia.
Vladimir Putin ordenó en 2016 reforzar el potencial nuclear militar de Rusia, así como una modernización de los armamentos, en respuesta al refuerzo de la presencia militar de la OTAN en sus fronteras, percibido como una amenaza.
La doctrina militar rusa no menciona la posibilidad de un “ataque preventivo” utilizando ojivas nucleares. Rusia se reserva el derecho a utilizar su arsenal en caso de agresión contra su territorio o sus aliados o en caso de “amenaza sobre la existencia misma del Estado”.