El candidato del PT a la alcaldía de este municipio en el cinturón industrial de Sao Paulo, Tarcisio Secoli, sólo era el tercer candidato más votado, con el 20,69 % de los votos, cuando el escrutinio ya superaba el 78,68 % de los sufragios.
Según los resultados parciales, el gobierno municipal de Sao Bernardo do Campo tendrá que ser definido en una segunda vuelta el 30 de octubre entre Orlando Morando, candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y que tenía el 46,53 % de los votos, y Alex Manente, del Partido Popular Socialista (PPS) y que garantizó el segundo lugar con el 28,64 % de los sufragios.
La derrota supone un duro revés para el PT debido a que Sao Bernardo do Campo no sólo es la ciudad en que la formación fue fundada sino el fortín electoral y la residencia de Lula, que apoyó a Secoli durante toda la campaña y con quien apareció para votar este domingo en su colegio electoral.
Este municipio industrial en el que los sindicatos tienen una fuerte influencia es gobernado actualmente por Luiz Marinho, un dirigente del PT que, como Lula, fue presidente del Sindicato de los Metalúrgicos de Sao Bernardo antes de ingresar a la política.
Los resultados electorales divulgados hasta ahora han confirmado que el PT sufrió en las elecciones municipales de este domingo su mayor descalabro en los últimos 20 años, por lo menos en las mayores ciudades del país.
La otrora formación oficialista sólo garantizó la elección de uno de los alcaldes de las capitales regionales en la primera vuelta, el de Río Branco, la capital del pequeño estado de Acre, y puede disputar la segunda vuelta en otras 4 de las 93 mayores ciudades del país.
Además ha perdido la alcaldía de Sao Paulo, la joya de la corona y que actualmente gobierna Paulo Haddad, un exministro e importante aliado de Lula, y que, según los resultados provisionales, ganó hoy Joao Doria, un empresario sin experiencia política, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) , aliado del nuevo presidente de Brasil, Michel Temer.
Según diferentes analistas, el PT pagará hoy por el desgaste provocado por 13 años en el poder, por la mayor recesión sufrida por Brasil en las últimas décadas y que dejó a 12 millones de desempleados, por las numerosas denuncias de corrupción que salpican al partido y por la radicalización generada por el proceso que concluyó con la destitución de Rousseff de la Presidencia.