Los manifestantes, entre ellos familiares de las víctimas de las matanzas por las que fue condenado Fujimori, se concentraron en la céntrica plaza San Martín para denunciar que el indulto es un acto de impunidad. Los parientes de los asesinados y desaparecidos anunciaron que recurrirán a instancias internacionales para anular el indulto y que Fujimori, de 79 años, cumpla la totalidad de la condena a la que fue sentenciado.
En la movilización se exhibieron pancartas que calificaron el indulto como un “insulto” y a Kuczynski como un “traidor” y “cómplice del criminal”. Denunciaron que la gracia presidencial concedida por Kuczynski es ilegal y que se trata de un pacto político entre el fujimorismo y el presidente para que el gobernante pueda continuar en el sillón presidencial.
Los manifestantes rechazaron la presencia en el lugar de un gran contingente policial e incluso se presentaron algunas escaramuzas cuando intentaron ingresar por el céntrico Jirón de la Unión hacia el Palacio de Gobierno de Lima. Kuczynski firmó el indulto solo tres días después de que se salvara de ser destituido del Congreso gracias de una decena de fujimoristas rebeldes con su grupo, liderados por Kenji Fujimori, hijo del expresidente, que en varias ocasiones anteriores había pedido al mandatario que indultara a su padre.
En menor cantidad, un grupo de simpatizantes de Fujimori se concentraron frente a la clínica donde el expresidente está hospitalizado para celebrar su liberación. Los fujimoristas corearon el nombre del exmandatario y alentaron a sus hijos cuando ingresaron a la clínica para reunirse junto a Fujimori en la habitación donde permanecerá al menos hasta mañana.
El indulto se dio por razones humanitarias, supuestamente porque Fujimori padece una “enfermedad progresiva, degenerativa e incurable”, con riesgo de agudizarse por las condiciones carcelarias, según un comunicado de la Presidencia de Perú.
El expresidente Fujimori (1990-2000) fue condenado en 2009 a 25 años de cárcel por la autoría mediata (con dominio del hecho) en las matanzas de 25 personas en 1991 y 1992 perpetradas por el grupo militar encubierto Colina, y el secuestro agravado de un periodista y un empresario en 1992.