“Por un lado, la propaganda china ensalza las ideas y la imagen de Xi Jinping de forma tradicional, pero al mismo tiempo lanza juegos y contenidos dirigidos al estrato más joven de la población”, cuenta a Efe Alice Ekman, responsable de Investigación sobre China del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).
Pese a no haber abandonado sus esencias maoístas –pósteres estrafalarios, películas con lemas patrióticos y censura mediática continúan siendo la norma–, la propaganda china se ha reinventado en la época de internet, especialmente tras la llegada al poder de Xi Jinping en 2012.
“El estilo propagandístico de hoy es distinto del que había en la época de Hu Jintao (el anterior presidente chino), en el sentido de que Xi se ve a sí mismo como un pensador de primer orden, a la misma altura que Karl Marx en la jerarquía ideológica del Partido Comunista”, afirma Ekman.
Es por esto por lo que, tras el XIX Congreso del PCCh de 2017, que consagró a Xi Jinping en el poder, el mandatario comunista llamó a una campaña de “estudio masivo” de los postulados marxistas, más concretamente de sus ideas, una tarea no sólo dirigida a los cargos del partido, sino a “toda la sociedad china”.
Con el objetivo de promover dicho estudio entre la juventud, en octubre de 2017, coincidiendo con la celebración del Congreso, la cadena Hunan TV, una de las más seguidas entre los “millennials” chinos, comenzó a emitir un concurso llamado “El socialismo tiene su punto”, que ha contado con dos ediciones hasta la fecha. El programa reunía a decenas de estudiantes procedentes de las principales universidades del país, además de a profesores, para superar pruebas de conocimiento sobre el “socialismo con características chinas para una nueva era”, la ideología oficial propugnada por el presidente Xi.
Entre las preguntas no faltaban las referencias al pasado del propio mandatario: “Cuando Xi fue mandado al campo de la provincia de Shanxi (norte de China) durante la Revolución Cultural, ¿qué libro pidió prestado tras caminar quince kilómetros?”, planteaba una de ellas. La respuesta era “Fausto”, de Goethe.
La música no ha permanecido ajena a esta campaña. A mediados de 2016, Tianfu Shi Bian, un grupo de rap muy popular entre los jóvenes, lanzó en colaboración con la Liga de Juventudes Comunistas un tema, “This is China”, que ensalzaba las virtudes del país asiático.
Lo mismo ha sucedido en la pequeña pantalla, con la creación a finales del año pasado de una serie estilo anime sobre la vida de Karl Marx, llamada “El líder”, para celebrar el ducentésimo aniversario del nacimiento del ideólogo comunista. La serie, pensada para ensalzar al “ más grande pensador del milenio”, explora varios momentos de la vida de Marx, desde su historia de amor con su esposa, Jenny, hasta su amistad con Friedrich Engels, coautor del Manifiesto Comunista.
Con todo, hasta ahora “no existen estudios que corroboren la efectividad” de estas técnicas propagandísticas entre la gente joven, afirma a Efe Séverine Arsène, experta en China de la Universidad de Hong Kong. En este sentido, otra aplicación encargada de promover el pensamiento de Xi Jinping, llamada “Xuexi Qiangguo” –en español, “estudio de un país fuerte”–, se ha convertido recientemente en la más descargada de la Apple Store del país asiático.
El programa, cuya descarga y uso cotidiano es obligatorio para todos los miembros del Partido Comunista, otorga “puntos de estudio” a los usuarios por leer artículos de Xi, visualizar vídeos del presidente o responder cuestiones sobre su pensamiento político; unos puntos que luego pueden canjearse por regalos.
Pero su recepción por los usuarios es discutible: en la tienda china “360app”, el programa contaba con 340.000 descargas y una puntuación de tan sólo 2,5 sobre 5.
“En China, existe mucha ironía y dobles sentidos en las redes, lo que significa que los usuarios de internet tienen pensamiento crítico”, subraya Arsène. Efectivas o no, estas llamadas al “estudio masivo” del pensamiento de Xi, especialmente entre los jóvenes “no conectados” al oficialismo, continuarán en los próximos años.
“Por ahora solo estamos al principio de una técnica de comunicación, todavía en desarrollo, que está muy centrada en Xi Jinping”, sentencia Alice Ekman.