Las instantáneas, hechas presumiblemente con un teléfono móvil, fueron tomadas durante una fiesta en una habitación de hotel y difundidas el pasado agosto por una página web estadounidense especializada en famosos, la TMZ.
En el Reino Unido, pese a la advertencia de la Casa Real de que se tomarían acciones legales contra aquellos que siguieran el ejemplo, el tabloide sensacionalista “The Sun” las publicó argumentando que “respondía al interés público” para poder generar un “debate” desde la información.
Un portavoz del príncipe reconoció hoy que, después de considerar el asunto, finalmente se decidió no seguir adelante con ninguna queja oficial, si bien insistió en que las imágenes suponen una invasión en la intimidad del príncipe.
El hijo menor de Carlos de Inglaterra y la fallecida Diana de Gales, que es piloto de helicópteros militares “Apache”, está destinado actualmente en Afganistán, una tarea en la que está “completamente centrado”, y una reacción a las fotos en estos momentos, aseguró el portavoz, sería “inapropiada” y sólo “distraería” la atención.